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Dili (Agencia Fides) - La joven nación de Timor Oriental, que celebra el próximo 20 de mayo el cuarto año de independencia, vivas en una situación de preocupante subdesarrollo económico y pobreza que pudiera comprometer su futuro. Según una reciente relación del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo Humano el país está sufriendo una situación generalizada de pobreza que necesita urgentes apoyos internacionales a diversos niveles, para no dejar que la población se hunda en un abismo de hambre, miseria y muerte.
La mitad de la población (en total 900.000 habitantes) no dispone de agua potable, es analfabeta y vive por debajo del umbral de pobreza, señala la relación, titulada "El camino para salir de la pobreza: el desarrollo rural integrado". Más de 60 de cada mil niños mueren antes de haber cumplido un año y la esperanza de vida está alrededor de 55 años pero no sube. La pobreza crónica del país se ha agudizado con la independencia: el 60% de su Producto Interior Bruto deriva de préstamos de otros países o de las ayudas del Programa Alimentario Mundial de la ONU. La caída del precio del café, principal voz de la exportación de los Dili, ha agravado duramente la condición de la economía ya muy precaria por los planes de reparación estructural del Fondo Monetario Internacional. La actividad más difundida es la agricultura de subsistencia que, aún implicando el 85% de la mano de obra, no produce una renta suficiente.
El acuerdo estipulado con Australia para la explotación del mar de Timor representa una esperanza de crecimiento de la economía. El pacto refrendado en Sydney en enero del 2006 prevé que los dos estados dividirán al 50% los recursos sacados de la extracción de petróleo y gas en el brazo de mar que divide la pequeña isla de Timor del Continente Australiano.
La República Democrática de Timor Este nació oficialmente el 20 de mayo del 2002, después de un referéndum de independencia de Indonesia y después de un período bajo la administración transitoria de las Naciones Unidas. Hoy la joven democracia asiática está buscando su propio camino de desarrollo, que pasa por el impulso económico de la nación, entre las más pobres de Asia. Debido a esta situación, el ministro de de Exteriores de Timor Oriental, José Ramos Horta ha pedido a las Naciones Unidas que prolongue su presencia en Timor otros 20 años, para acompañar el proceso de crecimiento político y económico de la nación.
En este marco la Iglesia católica, además de atender las necesidades espirituales de los más de 665.000 fieles en las diócesis de los Dili y Baucau, provee servicios sociales y sanitarios y coordina programas de desarrollo para los campesinos. En efecto, entre los desafíos de la recién nacida nación está la reconstrucción de infraestructuras, escuelas, hospitales y de una burocracia eficiente para los diversos sectores de la vida pública. (PA) (Agencia Fides 9/3/2006 Líneas: 35 Palabras: 499)
