VATICANO - El Card. Crescenzio Sepe abre el Congreso internacional sobre el XL Aniversario del Decreto conciliar "Ad gentes": "Un acto de homenaje a nuestros heroicos misioneros que desgastaron su propia vida, a menudo en condiciones difíciles y peligrosas, para que Cristo sea anunciado y todos los hombres reciban la salvación"

jueves, 9 marzo 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Se ha abierto esta mañana, en el salón de actos de la Pontificia Universidad Urbaniana en Roma, el Congreso internacional promovido por la Congregación para la Evangelización de los Pueblos y por la Pontificia Universidad Urbaniana, con ocasión del 40° aniversario del Decreto conciliar "Ad Gentes". "Por diversos motivos - ha dicho el Card. Crescenzio Sepe, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, en su saludo de apertura - se ha debido retrasar este Congreso, esperado por muchos estudiosos de misionología, miembros de Órdenes, Institutos y Movimientos eclesiales, que desarrollan su actividad misionera y, sobre todo, de nuestros misioneros y misioneras que anuncian el Evangelio en tantas partes del mundo y que expresan continuamente el deseo de ser ayudados espiritualmente para desarrollar con entusiasmo su vocación de testigos de Cristo 'ad gentes'. El Prefecto del Dicasterio Misionero ha continuado después: "Nuestro Congreso quiere ser, por tanto, un acto de homenaje a estos nuestros heroicos misioneros que desgastan su vida, a menudo en condiciones difíciles y peligrosas, como he podido constatar en mis viajes pastorales por los territorios de misión, para que Cristo sea anunciado y todos los hombres reciban la salvación."
Después de haber agradecido al Señor "que inspiró a los Padres conciliares el reflexionar sobre el sentido misionero, que es fundamental para la vida de la Iglesia", el Card. Sepe ha querido subrayar algunas "originalidades" contenidas en el Decreto "Ad Gentes": la apertura misionera de las Iglesias particulares y la responsabilidad de los laicos en la acción misionera; las orientaciones precisas acerca de la organización de la actividad misionera, las tareas del Dicasterio misionero y de las Conferencias Episcopales. El Decreto individuó además las "fuentes" profundos de la misión de la Iglesia y de la actividad misionera, ilustrándolas a la luz de la vida trinitaria: "En la Trinidad, la caridad del Padre es la inagotable "fuente de amor", de la que nace la nueva y definitiva misión del Hijo, que se realiza en el Espíritu Santo."
El Card. Sepe también ha recordado dos específicos ámbitos eclesiológicos definidos en el Decreto: los Obispos y los Laicos. "El deber misionero recae ante todo en los Obispos, en cuanto cabeza de las comunidades eclesiales y miembros del cuerpo episcopal… El compromiso misionero de los laicos, especialmente a partir del Concilio, es una de las novedades más sorprendentes y una de las riquezas más consoladoras de la actividad misionera 'ad gentes'.
Del Decreto Ad Gentes han manado una serie de maravillosos documentos del Magisterio petrino y de los Obispos. "Hoy, al conmemorar los 40 años de este Decreto Conciliar - ha concluido el Card. Sepe -, queremos meternos en el surco teológico, espiritual y pastoral de estas 'enseñanzas misioneras', para continuar, con nuevo entusiasmo y pasión, por el camino que nos ha indicado Cristo, de la misión de la Iglesia, que 'es por naturaleza misionera'. (S.L) (Agencia Fides 9/3/2006; Líneas: 38 Palabras: 530)


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