VATICANO - El Papa a la Pontificia Academia por la Vida: "El amor de Dios no hace distinciones entre el ser humano recién concebido y que se encuentra en el seno materno, y el niño, o el joven, o el hombre maduro o el anciano, porque en cada uno de ellos ve la huella de la propia imagen y semejanza"

martes, 28 febrero 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Al final de la mañana del lunes 27 de febrero, el Santo Padre Benedicto XVI ha recibido en audiencia a los participantes en la asamblea General de la Pontificia Academia por la Vida y del Congreso Internacional sobre el tema "El embrión humano antes de la implantación" (ver Fides 27/2/2006). En su discurso, el Santo Padre ha destacado como el argumento de estudio elegido, plantea una cuestión extremadamente importante: Se trata indudablemente de un argumento fascinador, pero difícil y laborioso, da la delicada naturaleza del sujeto en examen y de la complejidad de los problemas epistemológicos que conciernen a la relación entre la revelación de los hechos a nivel de las ciencias experimentales y la subsiguiente y necesaria reflexión sobre los valores a nivel antropológico".
La Sagrada Escritura y la Tradición cristiana más antigua no contienen explícitas enseñanzas sobre los primeros días de vida del concebido, sin embargo, el Santo Padre ha subrayado que "es posible encontrar en la Sagrada Escritura importantes indicaciones que motivan sentimientos de admiración y respeto hacia el hombre apenas concebido… Los libros sagrados, en efecto, pretenden mostrar el amor de Dios hacia todo ser humano antes de tomar forma en el seno de la madre. El amor de Dios no hace distinciones entre el ser humano recién concebido y que se encuentra en el seno materno, y el niño, o el joven, o el hombre maduro o el anciano, porque en cada uno de ellos ve la huella de la propia imagen y semejanza. No hace diferencias porque en todos reconoce el reflejo del rostro de su Hijo Unigénito".
El amor ilimitado de Dios hacia el hombre "revela hasta que punto la persona humana es digna de ser amada por sí misma, independiente de cualquiera otra consideración - inteligencia, belleza, salud, juventud, integridad etc... -. Además el Santo Padre ha subrayado "la altísima dignidad" otorgada al hombre, "que tiene sus raíces en la íntima relación que lo une a su Creador: en el ser humano, en cada ser humano, en cualquier fase o condición de su vida, resplandece un reflejo de la misma realidad de Dios. Por eso, el magisterio de la Iglesia ha proclamada constantemente el carácter sagrado e inviolable de cada vida humana, desde su concepción hasta su fin natural. Este juicio moral vale ya en el inicio de la vida de un embrión, antes de que se implante en el seno materno, que lo custodiará y nutrirá durante nueve meses hasta el momento del nacimiento."
Dirigiéndose a los estudiosos, el Santo Padre ha manifestado después que conoce los sentimientos de maravilla y de profundo respeto hacia el hombre con que desarrollan su trabajo de investigación sobre el origen de la vida humana: " un misterio cuyo significado podrá iluminar cada vez más la ciencia, aunque difícilmente logrará descifrarlo de todo. En efecto, en cuanto la razón consigue superar un límite considerado como intransitable, otros límites hasta entonces desconocidos la desafían". Al inicio del tercer milenio, se señala significativos progresos en nuestros conocimientos y también han sido identificados mejor los límites de nuestra ignorancia; "pero para la inteligencia humana parece que se haya hecho demasiado arduo descubrir que, mirando a la creación, se encuentra con la huella del Creador. En realidad, quien ama la verdad debería percibir que la investigación sobre temas tan profundos nos posibilita ver e incluso tocar casi la mano de Dios”.
Por último, el Papa ha deseado a los investigadores y estudiosos, que consigan "cada vez más no sólo examinar la realidad objeto de sus fatigas, sino también contemplarla en modo tal que, junto a los descubrimientos, surjan también las preguntas que llevan a descubrir en la belleza de las criaturas el reflejo del Creador". (S.L) (Agencia Fides 28/2/2006 - Líneas: 48 Palabras: 681)


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