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Nairobi (Agencia Fides) - Hambre, sequía, matrimonios precoces, huérfanos, ancianos, promoción humana, evangelización, éstas son algunas de las prioridades de las hermanas pertenecientes a la Congregación de las Misioneras Sociales de la Iglesia que trabajan en Kenia.
"Somos la Congregación de Misioneras Sociales de la Iglesia, una fundación ecuatoriana que trabaja en Kenia desde el año 2000", explica a la Agencia Fides la hermana Ligia Giròn, que sigue, junto con sus hermanas, diversos contextos humanitarios en el país africano.
"Vinimos a Kenia para una experiencia misionera de tres años, pero luego decidimos quedarnos, tras comprobar que nuestra presencia en medio del desierto y nuestro carisma hacían que muchos jóvenes sintieran el deseo de servir a la Iglesia a través de nuestra congregación. Actualmente somos 20, 17 naturales de Kenia y 3 ecuatorianas. Nos dedicamos principalmente a los niños en edad preescolar, de 0 a 7 años, en zonas muy remotas cerca de Etiopía. También trabajamos en un refugio para chicas nómadas obligadas a casarse y con niñas huérfanas. Nuestro objetivo, además de evangelizar, es darles comida, educación y cobijo. Por desgracia, desde la pandemia de Covid19, ya no tenemos colaboradores que nos ayuden a atender a los 500 ancianos, y actualmente sólo podemos atender a pocas docenas".
El compromiso de las misioneras se extiende también a la diócesis de Eldoret, en el valle del Rift, donde se dedican sobre todo a la evangelización y la promoción humana, "nos ocupamos de los niños, las mujeres, las familias, y es allí donde hemos acogido temporalmente nuestro noviciado", explica Sor Ligia. Nos invitaron a la diócesis de Homabay, en la provincia de Nyanza, para crear un centro de acogida para niñas a las que obligan a circuncidarse a pesar de que la ley lo prohíbe. Rogamos al buen Dios que nos proporcione los medios para iniciar esta nueva obra que ayudaría a tantas víctimas inocentes".
Sor Ligia habla también de la emergencia por sequía que afecta a la zona (véase Fides 30/3/2023). "En Turkana hemos tenido lluvia durante un par de horas esta semana, aunque ha sido devastadora, ha arrastrado a muchos animales y se ha cobrado muchas vidas entre los niños. Lo positivo es que esta lluvia ayudará a que crezca la hierba para los pastos, aunque no servirá de nada contra la grave hambruna que está sufriendo toda la población. Para abastecernos de agua aquí en el desierto dependemos de los pozos. El nivel de agua sigue siendo muy bajo y no hay suficiente en el desierto ni para las personas ni para el ganado. La iglesia y las ONG siguen ayudándonos en todo lo que pueden”.
(AP) (Agencia Fides 31/3/2023)
