SMA
Lomé (Agencia Fides) – “Cada uno de nuestros jóvenes tiene una historia que vivir, que contar. Nos gustaría compartir algunas de sus reflexiones sobre la misión, las alegrías, las dificultades, los desafíos”. Así lo expresan el padre Walter Woamede y el padre Silvano Galli, de la Sociedad para las Misiones Africanas (SMA), al final de los exámenes del primer trimestre de la escuela de Propedéutica que la SMA lleva a cabo en Lomé (véase Agencia Fides 24/01/2022).
Han sido muchos y muy diversos los testimonios recogidos entre los alumnos, cuyo hilo conductor remite siempre al sentido de la vocación misionera de cada uno. “Un misionero es una persona llamada por Cristo a seguirle, debe dejar su cultura, su entorno y entrar en la cultura de los demás. Está llamado a dejar atrás, a olvidar el lugar del que procede. Debe aprender otras lenguas, otras tradiciones. Por mi vocación doy gracias al Señor”. Y continúa: "En la vida del misionero hay alegrías y dificultades. La alegría se encuentra en primer lugar en quien lo ha enviado, Cristo. El Papa Francisco ha dicho: 'la belleza de la consagración es la alegría. Y no hay santidad en la tristeza'.
Uno de los estudiantes ha añadido: “El misionero es aquel que ha recibido una llamada y quiere seguirla para recibir una misión y cumplirla”. Y otro de los alumnos ha afirmado: “El misionero no debe tener miedo ni desanimarse, debe ser fuerte y confiar en Dios. No hay que olvidar que hay muchos que pierden la vida en la misión, como le ocurrió a nuestro cohermano el padre Adrien Jeanne, asesinado en Costa de Marfil”.
Enfermedades, epidemias, como la fiebre amarilla que mató a los primeros misioneros que llegaron a Sierra Leona, guerras..., son "obstáculos" que forman parte del día a día de quienes dedican su vida a la misión. "Pero las dificultades hacen crecer la fe", han dicho al unísono los chicos de la Propedéutica de Lomé, que han invitado a todos a acompañarles con la oración, el apoyo y la amistad.
(AP) (Agencia Fides 15/3/2023)