ÁFRICA/CONGO RD - “El protagonismo del cobalto es bueno, pero hay que mirar también hacia otros minerales congoleños”.

viernes, 27 enero 2023

Kinshasa (Agencia Fides) – «How Is Your Phone Powered? Problematically» (¿Cómo funciona tu teléfono? Problemáticamente) así titula el New York Times reseñando el ensayo publicado recientemente por Siddharth Kara “Cobalt Red, How the Blood of the Congo Powers Our Lives”, (Cobalto rojo, cómo la sangre del Congo influye en nuestras vidas) resultado de una investigación en el este de la República Democrática del Congo, en las zonas mineras controladas por las milicias que se reparten los recursos naturales. El libro recorre la cadena de suministro del cobalto extraído por los niños desde la mina tóxica a cielo abierto hasta los gigantes tecnológicos y los consumidores, recogiendo los testimonios de las personas que soportan inmensos sufrimientos e incluso mueren en la extracción del mineral indispensable para los dispositivos tecnológicos modernos.
“Es importante hablar de la explotación del cobalto, pero esto afecta sobre todo a Katanga, donde hay importantes empresas mineras”, afirma el padre Loris Cattani, misionero javeriano con larga experiencia en la RDC. “Sin embargo, hay que ampliar la mirada a las dos provincias de Kivu, donde no tanto el cobalto como otros minerales, como el coltán, se extraen de forma artesanal, bajo el control de milicias armadas que se reparten el territorio, y luego se venden en los mercados internacionales a través de Ruanda y Uganda. Estos países, Ruanda en particular, no disponen de recursos minerales significativos, pero exportan minerales como el coltán en mayores cantidades que los exportados por la RDC. Por eso es necesaria una legislación internacional que permita rastrear el origen de estos materiales”, subraya el misionero.
En este sentido, las ONG congoleñas y los grupos de la sociedad civil observan algunas deficiencias críticas en el Reglamento europeo sobre minerales de conflicto, que entró en vigor el 1 de enero de 2021.
Una primera deficiencia se refiere a la escasa cobertura del Reglamento del comercio de sólo cuatro minerales (oro, wolframio, estaño y tantalio), dejando fuera varios otros minerales cada vez más importantes para la transición ecológica, como el coltán, el cobalto y el litio. Tampoco existe “ninguna obligación en relación con las sanciones (las sanciones son discrecionales)”. Otra grave deficiencia es la falta de transparencia en cuanto a las empresas cubiertas por el Reglamento y la capacidad real de vincular la producción a monte con las importaciones de la UE. Por último, la aplicación de umbrales volumétricos a las importaciones, por debajo de los cuales no hay control, corre el riesgo de excluir del Reglamento precisamente las importaciones más peligrosas, que no son necesariamente las más cuantiosas, y deja abierta la posibilidad de que las empresas eludan el Reglamento fragmentando los flujos de importación.
(L.M.) (Agencia Fides 27/172023)


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