ASIA/CHINA - Año Nuevo chino. La esperanza cristiana abraza las esperanzas y tristezas del “gran ejército de ChunYun”

viernes, 20 enero 2023 iglesias locales   sacramentos   ancianos   caridad   obras de misericordia   pandemia  

Por Marta Zhao
Pekín (Agencia Fides) - Después de tres años de cierres e impedimentos a causa de la pandemia, por fin ha regresado el gran "ejército de ChunYun", la multitud interminable de personas que recorren China para pasar los días del Año Nuevo chino con sus seres queridos. Los numerosos inmigrantes internos que trabajan en las grandes ciudades han bajado las persianas de sus tiendas. Las fábricas están cerradas. Incluso en Pekín, las calles parecen más despejadas. También parece haberse suspendido el ir y venir de los "rider" que forma parte de la rutina diaria en la gran metrópoli.
Desde hace días, las calles de todas las ciudades chinas están invadidas de adornos, farolillos y luces de colores. Todo el mundo - más que en el pasado - compite por pintarlo todo de rojo, el color de la buena suerte, el color que, según la creencia popular, ahuyenta el mal y los malos espíritus, casi como para ahuyentar así también la oscuridad, el miedo, el tiempo doloroso de la pandemia. En las puertas de las casas se ven colgadas serpentinas rojas con inscripciones de buenos auspicios. Se preparan cenas de Nochevieja, fuegos artificiales, sobres rojos con dinero dentro para regalar a pequeños y mayores. Todo parece estar listo para la fiesta. Y al mismo tiempo, un velo de tristeza se cierne sobre la festividad que se avecina. Las familias se abrazan para pasar el día de Año Nuevo y también para consolarse mutuamente. Porque todo el mundo tiene en su corazón el rostro de algún pariente querido al que han perdido en los últimos tiempos, en la masacre de ancianos que ha marcado la última oleada de la pandemia.
El Año Nuevo chino 2023 marca el comienzo del Año del Conejo. Animal afortunado, manso y amable, según el horóscopo chino. La gente se desea mutuamente que el conejo "traiga buena suerte", que el año venidero sea de paz y serenidad. Y la Iglesia católica en China también abraza los sentimientos, las penas y las expectativas de la gente, en este tiempo festivo, y los vive a la luz de la fe, la esperanza y la caridad, dones que Cristo puede encender en el corazón de cada cristiano.
En las parroquias se celebran misas de Nochebuena y liturgias de acción de gracias al Señor el día de Año Nuevo. El pueblo de Dios vuelve a llenar iglesias y capillas, como en tiempos normales en las solemnidades de Navidad y Pascua.
Las iniciativas pastorales de las comunidades católicas también se re-configuran en torno a la época festiva, que es una oportunidad para dedicar una atención especial a las personas solas, mayores y con dificultades.
La parroquia de Jiujiang, en la provincia de Jiangxi, acaba de concluir un año pastoral dedicado a la Palabra de Dios. Durante el tiempo de Año Nuevo, el párroco Pang Rui sigue visitando diariamente a las familias, junto con las hermanas y el personal del centro parroquial, llevando los sacramentos de la Eucaristía y la unción de los enfermos a ancianos, enfermos y discapacitados. También en Jiangxi, el párroco don Li Jianjun, de la parroquia de Qianshan, visita las casas de los ancianos para rezar con ellos e impartir bendiciones a cada familia.
En la diócesis de Zhengzhou, provincia de Henan, el Grupo de Caridad ha creado pequeños equipos de personas de las distintas parroquias que viajan a las aldeas y pueblos más aislados del campo para visitar a las familias necesitadas y llevarles ayuda espiritual y material. Sacerdotes y laicos de Xingtai, provincia de Hebei, también visitan estos días a los ancianos, enfermos y personas solas de la aldea de Zhangzhuang y aldeas vecinas. Administran sacramentos, llevan bendiciones y distribuyen "sobres rojos" de caridad para ayudar a todos a vivir un Año Nuevo Chino en paz.
Pequeños ejemplos de obras de misericordia "ordinarias", que en el tiempo de la fiesta de Año Nuevo muestran de modo luminoso cómo los gestos más sencillos de la caridad cristiana abrazan, con una reconfortante afinidad electiva, las virtudes tradicionales chinas, esas que mueven al respeto, al amor y al apoyo a los ancianos.
(Agencia Fides 20/1/2022)


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