VATICANO - Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI al Arzobispo de San Cristóbal de La Habana, en el XX aniversario del encuentro Nacional Eclesial cubano: sólo partiendo de la mirada de Dios, "se podrá llegar a la verdad de cada persona, de cada grupo y de cuantos viven en una misma tierra”

jueves, 16 febrero 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Con ocasión de la celebración XX aniversario del Encuentro Nacional Eclesial Cubano (ENEC), el Papa Benedicto XVI ha hecho llegar al Cardenal Jaime Lucas Ortega y Alamino, Arzobispo de San Cristóbal de La Habana y Presidente de la Conferencia de los Obispos Católicos de Cuba, un Mensaje dirigido "a los Obispos, así como a los sacerdotes, personas consagradas y fieles laicos de esa querida nación" en el que les dirige un afectuoso saludo, asegurándoles también su cercanía espiritual para “impulsar sus tareas evangelizadoras”.
El Santo Padre invita a considerar la realidad humana rica en acontecimientos salvadores, "pues el tiempo y la historia están poblados por la presencia divina que alienta y fortalece", y exhorta a " descubrir en la experiencia los signos y las señales del Dios vivo que camina con ustedes… que camina con todos los que viven en esa tierra, creyentes y no creyentes, los cercanos y los lejanos, los que siembran y los que desparraman, porque todos están invitados a la fiesta de la vida que el Padre nos regala". Después Benedicto XVI recuerda las palabras pronunciadas por el Papa Juan Pablo II durante la su visita a Cuba: "¡Que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba!", y subraya que esta apertura "exige examinar primero cómo abrir el corazón y el entendimiento a las cosas de Dios; cómo abrirse mutuamente quienes conviven, creyendo y confiando unos en otros, aunque haya diferencias de modos de pensar o creencias; y en fin, cómo abrirse al ámbito mundial, con los retos de sus posibilidades y sus dificultades al mismo tiempo”.
Por último, el Santo Padre recuerda que sólo partiendo de la mirada de Dios, "se podrá llegar a la verdad de cada persona, de cada grupo y de cuantos viven en una misma tierra". En este camino será de gran ayuda "la experiencia de oración de cada cristiano, en el silencio y la humildad del trabajo cotidiano, en la fidelidad a la fe profesada, en el anuncio implícito o explícito del Evangelio" y también "el amor entrañable de la mayoría de los cubanos a la Madre de la Caridad del Cobre,", a quien Benedicto XVI confía los encuentros del XX aniversario del ENEC. (S.L) (Agencia Fides 16/2/2006 Líneas: 29 Palabras: 426)


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