ÁFRICA/ANGOLA - Una escuela “informal” en las afueras de Luanda en una de las capillas de la parroquia

viernes, 11 noviembre 2022

SMA

Luanda (Agencia Fides) - La educación en Angola es de baja calidad, ya que carece de infraestructuras, material escolar y profesores formados. A pesar de ser obligatoria y gratuita durante cuatro años, para los niños de entre 7 y 11 años, el gobierno calcula que unos dos millones de niños no van a la escuela.
Entre las iniciativas llevadas a cabo por la Sociedad de Misiones Africanas (SMA) en Angola, no falta la atención a la educación de la población, dando prioridad a las periferias. Así, cuando el padre Luigi Frattin llegó a la parroquia de Sagrada Familia, en Barra do Dande, y visitó la comunidad de San Domingos, le llamó la atención el gran número de niños que no van a la escuela por diversas razones. Algunas de ellas son la distancia impracticable para que los niños pequeños lleguen a la escuela pública, la pobreza de las familias, en las que sólo uno o dos niños están matriculados en la escuela mientras los demás permanecen excluidos o esperan tiempos mejores.
“Reflexionando con el catequista encargado de la comunidad, nació la idea de organizar una escuela ‘informal’ en la capilla que acababa de construirse para dar a los niños la posibilidad de aprender al menos a leer y escribir”, cuenta el misionero que trabaja entre los barrios y comunidades de la periferia de la capital (véase Fides 16/2/2022). “Prometí que apoyaría la iniciativa: se han hecho algunas obras en la iglesia, donde se han creado dos salas cerradas para almacenar diversos materiales. Compramos pizarras, sillas de plástico, cuadernos, bolígrafos, libros para el profesor y otro material escolar”.
“Implicamos a las familias y les explicamos el sentido de esta iniciativa pidiendo a los padres que participen en los gastos con una pequeña aportación mensual que se suma a la subvención que damos a los profesores. En diciembre abrimos la matrícula y en enero de 2022 comenzaron las clases”. El P. Luigino admite con satisfacción que las inscripciones nunca han faltado, muchos niños se han sumado a las primeras inscripciones y al final unos 120 alumnos terminaron en junio el año escolar con sus exámenes finales. “Según los dos jóvenes profesores, aunque las clases empezaron con retraso, los resultados han sido buenos, ciertamente no inferiores a los de las escuelas estatales, donde, a veces, los profesores no brillan por su perseverancia y compromiso. Fui personalmente testigo del entusiasmo y la alegría de los niños, orgullosos de aprender a leer y escribir y de adquirir algunos elementos de lengua portuguesa, matemáticas, historia y geografía. Para los más constantes y asiduos que terminen el sexto curso, existirá la posibilidad, mediante una prueba de acceso, de matricularse en la escuela pública. Para los demás, queda el logro de un cierto nivel de educación que les permite entrar en la sociedad no como analfabetos, sino con un mínimo de educación”.
(LF) Agencia Fides 11/11/2022)


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