ASIA/CHINA “Señor, ¡qué bueno es que estemos aquí!” La “Fiesta de los ancianos” celebrada en las iglesias católicas chinas

Pekín (Agencia Fides) – “Señor, ¡qué bueno es que estemos aquí!” (Mt 17,4): con este lema, tomado del relato evangélico de la Transfiguración del Señor, la catedral católica de Pekín, dedicada al Santísimo Salvador, acogió el martes 4 de octubre la celebración de la “Fiesta de los Ancianos”. La fiesta brindó la oportunidad de celebrar la belleza del vínculo de amor que ha unido a tantos ancianos a Jesús durante los largos años de su vida. Por una feliz coincidencia, la fiesta que la tradición china dedica a los ancianos, establecida de año en año siguiendo el calendario lunar, este año ha coincidido con el día en que la Iglesia católica celebra la memoria litúrgica de San Francisco de Asís. En la celebración eucarística, en la que también se les administró el sacramento de la unción de los enfermos, participó un nutrido grupo de personas mayores que durante su larga vida han dedicado generosamente sus energías a dar testimonio de la fe en Jesús a las generaciones más jóvenes y a apoyar las obras de la Iglesia. Al final de la liturgia, todos rezaron en silencio por todos los ancianos, especialmente por los sacerdotes que han dejado este mundo debido a la vejez, la enfermedad o la pandemia. El P. Zhao Qinglong, párroco de la catedral, dio las gracias a los ancianos como maravillosos y preciosos compañeros en el camino sacerdotal de todos los sacerdotes, y en el camino de fe de todos los bautizados.
Tras la liturgia, el párroco y sus cuatro vicepárrocos se pusieron el delantal para atender a los ancianos reunidos en la mesa para el corte de la tarta y la distribución de flores y pequeños regalos ofrecidos por la parroquia. Los ancianos expresaron su alegría agradecida cantando himnos sagrados y recitando poemas de fe. El obispo de Pekín, Joseph Li Shan, también participó en el momento de compartir fraternalmente, expresando su inmensa gratitud por aquellos que en su vida han abrazado “la misión de transmitir la fe en Cristo con su ejemplo, con su vida de oración y de entrega generosa, anunciando así el Evangelio en beneficio de toda la comunidad, y especialmente de los más jóvenes”. Al final, las voces de todos se unieron para cantar la “Salve Regina” bajo las bóvedas de la catedral.
La fiesta de los ancianos, conocida como la fiesta del Chongyang (fiesta del "doble nueve") se celebra el noveno día del noveno mes del calendario lunar chino. En la tradición china, los ancianos gozan de gran respeto, ya que son el símbolo de la sabiduría, la habilidad, la experiencia, la abnegación, la autoridad y el amor. En su historia milenaria, la cultura china dedica un festival específico a los ancianos. La comunidad católica no sólo conserva esta tradición desde tiempos inmemoriales, sino que la exalta al máximo viviéndola y celebrándola a la luz de la Sagrada Escritura: "El padre del justo se alegrará plenamente, y el que ha engendrado un sabio se alegrará. Que se alegren tu padre y tu madre, y la que te engendró" (Pr 23,24-25).
. La vida eclesial de todas las comunidades católicas de China atesora la importante contribución de los ancianos: fieles colaboradores de sacerdotes y religiosas, apasionados catequistas y voluntarios, siempre disponibles para atender las necesidades de todos. Con motivo de la tradicional fiesta de los ancianos, varias comunidades católicas de China continental organizaron numerosas iniciativas para celebrar a los ancianos y también para recorrer el camino indicado por la Iglesia a la luz de la Biblia, que recomienda a los fieles respetar a los ancianos. Además de los aspectos materiales, la Iglesia en China también cuida especialmente la vida espiritual de los ancianos. En la fiesta de los ancianos, el sacramento de la unción de los enfermos se administra habitualmente en las parroquias, en unas celebraciones en las que, con el pasar de los años, participa un número cada vez mayor de bautizados.
(NZ) (Agencia Fides 05/10/2022)

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