AMÉRICA/PERÚ - La minería, con respeto a la Creación y a los derechos humanos, construye el progreso y el desarrollo no sólo económico

lunes, 3 octubre 2022 sociedad civil   ambiente   explotación   pobreza  

Arequipa (Agencia Fides) - Promover prácticas responsables que tengan como objetivo el cuidado de la persona humana, utilizando correctamente los recursos naturales, según compromisos claros de responsabilidad social y de opción preferencial por los pobres: este es en pocas palabras el llamado de Monseñor Miguel Cabrejos Vidarte, Presidente de la Conferencia Episcopal Peruana (CEP) y del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), en su discurso pronunciado durante la Conferencia Minera más importante del Perú, denominada PERUMIN 2022, que se ha realizado en Arequipa del 26 al 30 de septiembre.
El Arzobispo ha basado su discurso en los principios de la Doctrina Social de la Iglesia y el Magisterio de los últimos Papas sobre la dignidad de la persona humana, el bien común, el destino universal de los bienes, la participación, la solidaridad, la opción por los pobres, la gratuidad y el cuidado de la Creación. “Todos estos aspectos - ha subrayado - están interconectados, ninguno es autónomo”.
“El buen Padre Dios creó la tierra para el uso, disfrute y cuidado, sabio y responsable de los seres humanos”, ha dicho en su informe, subrayando que a los seres humanos no se les ha concedido permiso para “abusar de la tierra y sus bienes”. Según la fe católica, todos los hombres y mujeres son hijos de Dios. “Hijos adoptivos porque Jesucristo nos hizo sus hermanos al asumir la condición humana en la Encarnación. Este es el fundamento de la dignidad y los derechos de la persona humana”, ha reiterado. En este plan, el trabajo tiene una importancia especial: “No basta con tener un trabajo, es necesario que las condiciones y el entorno laboral sean dignos de los hijos de Dios”. Un segundo aspecto es crear las condiciones “para establecer relaciones laborales de calidad”.
A continuación, Mons. Cabrejos se ha centrado en el uso responsable de los recursos minerales, que son un regalo gratuito de Dios no sólo para Adán y Eva, sino para todas las generaciones que han existido, existen y existirán. La Iglesia respeta el orden social, “pero al mismo tiempo subraya que antes de la propiedad privada está el destino universal de los bienes y el bien común”. Por ello, hay que recordar que “la explotación incontrolada de los recursos naturales tiene efectos nocivos para la población de los centros mineros y para la población que vive cerca de las zonas mineras y provoca grandes daños y efectos en el medio ambiente”.
La extracción de minerales es de gran importancia económica para el Perú, crucial en la construcción del progreso, el desarrollo y el bien común del país, entendiendo el desarrollo no sólo como “crecimiento económico”, sino como desarrollo integral de la persona humana, como calidad de vida.
Un aspecto relacionado en el que se ha detenido el Arzobispo ha sido la responsabilidad social y la transparencia, considerando siempre la opción preferencial por los pobres, lo que significa “reconocerlos como personas que tienen capacidades, pero que no han tenido la oportunidad de desarrollarlas o de que se les reconozcan sus derechos”. En este sentido, es necesario combatir la minería ilegal y trabajar por la formalización de la pequeña minería y la minería artesanal, para que los pobres dejen de ser considerados una carga y sus comunidades puedan mejorar su calidad de vida.
Citando “Querida Amazonia”, ha reiterado que “los proyectos mineros deben tener en especial consideración su responsabilidad social hacia los pueblos originarios y sus culturas”, y que la orientación de la minería hacia el bien común, “implica la responsabilidad creciente de todos los actores económicos y sociales” que deben estar involucrados.
Tras insistir en la importancia de la transparencia, el Arzobispo de Lima ha citado las conclusiones del Grupo de Trabajo para la "Visión de la Minería en el Perú": “En el 2030, la minería en el Perú será más inclusiva, social, ambiental y territorialmente integrada, en un marco de buena gobernanza y desarrollo sostenible. Con el tiempo, se ha consolidado como una actividad competitiva e innovadora que goza del aprecio de toda la sociedad”.
(SL) (Agencia Fides 3/10/2022)


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