EUROPA/POLONIA - Padre Bovio: “Seguimos ayudando a los refugiados y a las personas que viven en zonas donde todavía hay combates”

sábado, 17 septiembre 2022 guerras   institutos misioneros   obras misionales pontificias   ayuda humanitaria   solidaridad  

Varsovia (Agencia Fides) - El padre Luca Bovio IMC, superior de la comunidad de misioneros de la Consolata en Polonia, tierra a la que llegó hace 14 años, y donde es secretario nacional de la Pontificia Unión Misional desde hace 10 años habla a la Agencia Fides de las ayudas concretas a la población ucraniana como los suministros de alimentos en vista del invierno, paneles de madera para las ventanas rotas, mochilas escolares para los niños que intentan seguir viviendo un poco de normalidad a pesar del conflicto en curso.
“Si las temperaturas del verano facilitaban relativamente las condiciones de vida, la inminente llegada del otoño, y sobre todo de cara al invierno, complica una situación que ya es muy difícil de por sí”, afirma el religioso, que ya ha estado varias veces en Ucrania y volverá en noviembre. “En estas semanas - informa el padre Bovio - estamos trabajando en varios proyectos de apoyo. Las peticiones de ayuda siguen aumentando, mientras el conflicto continúa sin pausa ni tregua”.
Cerca de Zaporizhia, la comunidad de los frailes franciscanos Albertinos distribuye más de 1.000 comidas diarias a la población local. Su compromiso es grande y la mayor preocupación es garantizar el suministro de alimentos para un número tan ingente de personas durante un largo período. Se les han enviado paquetes de alimentos de larga duración, y deberían volver a enviarse en octubre.
“Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, a pocos kilómetros de la frontera rusa - cuenta el padre Bovio - ha sido bombardeada durante meses. Las noticias e imágenes que recibimos del director de Cáritas local son angustiosas. Uno de los muchos proyectos de ayuda, sobre todo teniendo en cuenta el descenso de las temperaturas, es la compra de paneles de madera que puedan sustituir las ventanas de las casas rotas por las explosiones. En esta ciudad también estamos comprando generadores de electricidad que son indispensables en los hospitales”.
En Kharkiv, al igual que en otras ciudades devastadas por la guerra, los niños vuelven a las escuelas, o al menos a lugares seguros donde se pueden impartir clases, con el comienzo del nuevo año. Se les enviarán unas 300 mochilas, con la esperanza de mantener algún signo de normalidad en sus primeros días de colegio, en medio de una guerra sin sentido.
(E.G.) (Agencia Fides 17/9/2022)


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