VATICANO - CONCLUIDA LA VISITA APOSTÓLICA DEL PAPA A ESLOVAQUIA: “UNA IGLESIA RICA EN SANTIDAD, AUDAZ EN EL BIEN Y FUERTE EN EL TESTIMONIO”

lunes, 15 septiembre 2003

Bratislava (Agencia Fides) – Ayer domingo 14 de septiembre concluyó la tercera visita pastoral del Santo Padre Juan Pablo II a Eslovaquia (1º1-14 de septiembre). Acogido por miles de personas, en gran parte jóvenes, el Papa visitó las diócesis en las que no había estado en los dos viajes pastorales precedentes en 1990 y 1995.
El viernes 12 de septiembre, en la Plaza del Resurgimiento Nacional de Banska Bystrica, el Santo Padre presidió la Concelebración Eucarística para el inicio del Sínodo diocesano. En el día de la fiesta del “Nombre de María” el Papa invitó a tomar como ejemplo a la Virgen Maria quien “nos enseña el camino hacia una libertad madura. En nuestra época son todavía muchos los cristianos bautizados que no han hecho suya la fe de forma adulta y responsable. Se llaman a sí mismos cristianos, pero no responden con plena responsabilidad a la gracia recibida; todavía no saben lo que quieren ni porqué lo quieren. Esta es la lección que tenemos que aprender hoy: es urgente educarse a la libertad. En particular, es urgente que, en las familias, los padres eduquen a la justa libertad a sus hijos, para prepararles a dar la respuesta oportuna a la llamada de Dios”.
En el Mensaje a la Conferencia Episcopal Eslovaca con ocasión del X Aniversario de su constitución, el Papa recuerda que “La Iglesia de Dios que se encuentra en Eslovaquia, tras los tiempos oscuros de la persecución y del silencio, en los que ofreció una prueba luminosa de fidelidad al Evangelio, ha podido reanudar sus actividades en estos últimos años, dotándose de las estructuras necesarias para el libre ejercicio de su misión”. En particular el Santo Padre cita el Acuerdo general de base firmado con la República Eslovaca en el 2000, el trabajo de la Comisión mixta para preparar otros Acuerdos parciales, la erección del Ordinariato Militar, la apertura de la Universidad Católica en Ružomberok y el aumento de la transmisión de Radio Lumen. “Junto a estas realizaciones os habéis comprometido más en general en el aumento de la vida cristiana a distintos niveles. Los resultados que se están registrando son confortantes... El trabajo apostólico esta dando sus frutos” subrayó el Papa, exhortando “a continuar con coraje en el camino emprendido” apuntando a centrar la atención pastoral en la formación de los futuros sacerdotes, en la promoción de la vocaciones, en la aportación de los laicos comprometidos, en los jóvenes y familias y en los débiles y pobres. “No os desaniméis ni os dejéis vencer por las dificultades y las fatigas”.
El Sábado 13 de septiembre, el Santo Padre celebró la Santa Misa en el campo de Podrakos en Roznava: entre los fieles había una numerosa representación de los 500.000 húngaros que viven en Eslovaquia a quienes el Papa se dirigió en su propia lengua con estas palabras: “Celosos de vuestras tradiciones y fieles a las enseñanzas de vuestros padres, mantened firme la fe y viva la esperanza, obteniendo la fuerza de la unión con Cristo y su Iglesia. Vuestra presencia es una constante enriquecimiento para la Tierra eslovaca y yo se que los Pastores de esta Iglesia local tiene cuidado de salir al encuentro de vuestras aspiraciones espirituales salvaguardando siempre la unidad eclesial, factor de crecimiento humano y espiritual para toda la sociedad eslovaca”. Durante la homilía el Papa recordó un proverbio eslovaco: “Las palabras mueven, los ejemplos arrastran” y explicó: “Si, queridos Hermanos y Hermanas, podéis ofrecer una gran contribución a la evangelización del mundo contemporáneo y a la construcción de una sociedad más justa y fraterna con el estilo de vuestra vida cristiana. Por ello os digo con el apóstol Pablo: ¡Considerad vuestra llamada!”. Comentando después la palabra evangélica del sembrador, el Papa dijo: “Nosotros somos la tierra en el cual el Señor pone sin cansarse la semilla de su Palabra y de su amor... el Papa os confía hoy a todos vosotros el tesoro de esta palabra convirtiéndose a su vez en sembrador confiado que pone en el secreto del corazón de cada uno de vosotros la “buena noticia” del Reino. Sed el terreno fértil y bueno que con la abundancia de sus frutos consuela la espera de la Iglesia y del mundo”.
El día de la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, domingo 14 de septiembre, Juan Pablo II presidió la última Concelebración Eucarística en tierra eslovaca, en el explanada de Petrzalka en Bratislava. Durante el rito fueron proclamado Beatos el Obispo Vasil’ Hopko y la religiosa Sor Zdenka Cecilia Schelingova, mártires de la persecución comunista contra la Iglesia, como recordó el Papa en la homilía: “Ambos resplandecen ante nosotros como ejemplos luminosos de fidelidad en tiempos de dura y despiadada persecución religiosa: el obispo Vasil no renegó nunca de su amor a la Iglesia católica y al Papa; sor Zdenka no dudo en poner en peligro su misma vida para ayudar a los ministros de Dios. Ambos afrontaron un injusto proceso y una condena inicua, las torturas, la humillación, la soledad, la muerte. De este modo, la Cruz se convirtió para ellos en el camino que les llevó a la vida, manantial de fortaleza y de esperanza, prueba de amor por Dios y por el hombre” Al término de la celebración el Santo Padre inició la oración del Ángelus invitando a los presentes a ponerse mentalmente “ a los pies de la cruz de Cristo y recibir de El sublime don de su Madre, que desde aquel momento se convirtió también en Madre de la Iglesia”. “Como el apóstol Juan, también nosotros la acogemos en nuestra casa (cfr. Jn 19,27) para aprender de Ella la disposición interior de escucha y su actitud de humilde generosidad en el servicio que la señala como la primera discípula del Señor”. Después confió a la intercesión de Maria a la comunidad cristiana que vive en Eslovaquia para que sea “una Iglesia rica en santidad, audaz en el bien y fuerte en el testimonio”. (S.L.) (Agencia Fides 15/9/2003 Líneas: 70 Palabras: 1.027)


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