EUROPA/UCRANIA - Misioneros camilos: “Hacer presente a Cristo llevando un signo de esperanza a los enfermos”

lunes, 25 abril 2022 refugiados   órdenes religiosas  

Munkacs (Agencia Fides) – “Entre los refugiados ucranianos, muchos enfermos, debido a su precario estado de salud, no pueden moverse porque están confinados en una cama de hospital o en una silla de ruedas. Hay personas solitarias y abandonadas que lo han perdido todo, incluso el apoyo de sus familias, alistadas en el servicio militar. Algunos sólo quieren confesarse y rezar”. Así lo ha declarado a la Agencia Fides el Padre Alfréd György, Delegado General de los Ministros de los Enfermos (también conocidos como Camilos) en Austria que, junto con la Familia Camila laica de Austria y Hungría y Cáritas Hungría, están ayudando a miles de refugiados ucranianos en la zona de Munkacs, una ciudad al oeste del país.
P. Alfréd ha estado en Ucrania dos veces en el último mes para dar consuelo y esperanza a los enfermos y a los que habían huido. Especialmente en los alrededores de Munkács, Ungvar y Nagyszöllös y otras ciudades de Transcarpacia. “Los alimentos y las medicinas – explica - se compraron gracias a las donaciones de Austria y Hungría. Muchos productos de primera necesidad ya no están disponibles en Ucrania, o tienen un precio demasiado elevado”.
Pero no se trata sólo de entregar suministros de ayuda material. También es necesario el alimento espiritual: “Es importante escuchar y apoyar a los enfermos con la oración, llevándoles un signo de esperanza”, observa el padre Alfréd. “Esto crea un profundo vínculo espiritual con esas personas: en muchos casos, rezan por los que se han quedado en las zonas de guerra o por los que han tenido que huir de su patria a causa de los bombardeos de sus hogares”.
“Con nuestra oración – continúa explicando el P. György a la Agencia Fides -, podemos ayudar a devolver la paz a nuestros corazones, construyendo un puente de oración desde las dos partes, en el lado de la guerra y en el lado de la paz”. “Las naciones y los países -continúa- pueden ser destruidos, pero el reino de Dios que nace en nosotros a través de la oración no puede ser destruido. De persona a persona, de alma a alma, podemos encontrarnos en el cielo a través de la oración”. “Esta es nuestra tarea -concluye-, nuestra vocación: ver a Cristo, vivir, experimentar y también ser Cristo. Una vocación que puede dar esperanza y confianza. Cristo, que vive en nosotros, puede dar a este encuentro una curación interior”.
(ES-PA) (Agencia Fides 25/4/2022)


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