VATICANO - "No estamos a merced de fuerzas oscuras ni estamos solos con nuestra libertad, sino que hemos sido confiados a la acción del Señor poderoso y amoroso": catequesis del Santo Padre Benedicto XVI sobre el Salmo 144

miércoles, 1 febrero 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Una gozosa alabanza al Señor que es exaltado como un rey amoroso y tierno, preocupado por todas sus criaturas": con estas palabras el Santo Padre Benedicto XVI ha descrito esta mañana, durante la audiencia general en el aula Pablo VI, la primera parte del Salmo 144 (144,1-13 - Alabanza a la Majestad divina - Vísperas del viernes de la IV Semana).
" El Salmo está dirigido al Señor a quien se invoca y describe como rey… el centro espiritual de nuestro canto está constituido precisamente por una celebración intensa y apasionada de la realeza divina" ha explicado el Papa durante la catequesis. Esta simbología real "es la expresión del proyecto salvífico de Dios: él no es indiferente a la historia humana, es más, tiene el deseo de actuar con nosotros y para nosotros un designio de armonía y de paz. Toda la humanidad está también convocada a cumplir este plan para obedecer a la voluntad salvífica divina… Una acción universal, que arranca el mal del mundo y entroniza la ‘gloria’ del Señor, es decir, su presencia personal, eficaz y trascendente”.
El centro de la composición está en la alabanza orante del Salmista, que se hace voz de todos los fieles al exaltar a Dios que se manifiesta en su acción histórica. "Es una especie de oración en forma de letanía que proclama la entrada de Dios en las vicisitudes humanas para llevar toda la realidad creada a una plenitud salvífica. No estamos a merced de fuerzas oscuras ni estamos solos con nuestra libertad, sino que hemos sido confiados a la acción del Señor poderoso y amoroso, que tiene para nosotros un designio, un reino que instaurar”.
El reino de Dios no tiene ninguna de las características de los reinos terrenales: "es la sede de una manifestación de piedad, ternura, bondad, de gracia, de justicia, como confirma en varias ocasiones en los versículos que contienen la alabanza. ". Por último, el Santo Padre ha subrayado: "La síntesis de este retrato divino está en el versículo 8: el Señor es «lento a la cólera y rico en piedad». Tenemos aquí una preparación de la profesión de fe de san Juan, en Dios que es amor". Nuestra atención se fija luego en el siguiente bellísimo versículo 9: "el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas". (S.L) (Agencia Fides 1/2/2006, Líneas: Palabras:


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