EUROPA/UCRANIA - Paulinos: “Hay tanto dolor y tantas lágrimas, pero miramos al futuro con esperanza, rezando por la paz”.

martes, 22 marzo 2022 guerras   desplazados   institutos religiosos  

Lviv (Agencia Fides) – “Nuestra ciudad, Lviv, se ha convertido en un lugar de tránsito para cientos de miles de personas, todas ellas huyen de los bombardeos en el centro y el este de Ucrania. Hay mucho dolor y muchas lágrimas. La mayoría son mujeres y niños. Los hombres menores de 60 años no pueden salir del país, porque están obligados a defender la nación. Un buen número de ellos llevan a sus familias a la frontera y luego vuelven a luchar”. Así lo explica el P. Mariusz Krawiec, de la Sociedad de San Pablo, misionero polaco, que es superior de la pequeña comunidad de Lviv, donde se dedica a la evangelización a través de los medios de comunicación, según el carisma paulino.
“La vida de nuestra comunidad ha cambiado totalmente desde el 24 de febrero, cuando a primera hora de la mañana oímos una palabra extraña y aterradora: ¡"guerra"! Como comunidad decidimos quedarnos en Lviv. Esta fue nuestra elección. ¿Cómo puede un pastor dejar su rebaño cuando está en peligro?”, dice el sacerdote, que continúa: “Como comunidad religiosa paulina somos una casa de oración y de consuelo para los que quieren venir. En particular, hemos dedicado nuestras fuerzas al servicio humanitario. El Hermano Tomek y el Hermano Adam transportan cada día a las personas desde la estación central hasta los centros de acogida. No todos cruzan la frontera: algunos han decidido quedarse en Ucrania.. 200.000 refugiados permanecen en la ciudad porque no quieren abandonar Ucrania”.
Don Mariusz, que sigue trabajando como periodista en varios periódicos, dice que su casa “se ha convertido también en un lugar de acogida para los periodistas de Polonia y otros países”. La sala que alberga la redacción se ha convertido en un pequeño centro logístico para varios servicios de emergencia, en particular un lugar para coordinar la ayuda humanitaria”. La casa no es muy grande, por lo que no pueden acoger a un gran número de refugiados, pero “a veces, de repente, viene alguien por la noche, llama a la puerta y pide quedarse con nosotros, al menos durante un tiempo. Los casos son diferentes, pero comparten un gran dolor humano”.
Los Paulinos de Lviv están siempre en contacto con las Hermanas Discípulas del Divino Maestro, que también forman parte de la Familia Paulina: “Su comunidad está a 250 km de nosotros, en el centro de Ucrania. También acogen a refugiados y hasta la fecha hay unas 20 personas con ellas. Algunos se quedan, otros se van después de dos noches”. El padre Mariusz concluye con una exhortación: “¡Miremos al futuro con gran esperanza, rezando por la paz!”
(SL) (Agencia Fides 22/3/2022)


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