ASIA/SIRIA - El arzobispo Marayati: es necesario poner orden en el flujo de ayudas procedentes del extranjero

viernes, 11 marzo 2022 oriente medio   iglesias orientales   cáritas   Áreas de crisis   geopolítica  

Alepo (Agencia Fides) - La conferencia que a mediados de marzo reunirá en Damasco a los responsables de las Iglesias locales con los representantes de las organizaciones caritativas católicas tiene un objetivo prioritario muy concreto: garantizar que las ayudas materiales enviadas a Siria por organizaciones y personas vinculadas a la Iglesia católica estén bien dirigidas y lleguen al destino correcto. Así lo ha confirmado a la Agencia Fides el arzobispo Boutros Marayati, jefe de la archidiócesis católica armenia de Alepo.
La Conferencia de Damasco se celebrará del martes 15 al jueves 17 de marzo en un centro de conferencias de la capital siria. En los trabajos participarán unas doscientas personas, entre ellas el cardenal Mario Zenari, nuncio apostólico en Damasco, el cardenal Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, y numerosos obispos de las Iglesias católicas presentes en Siria. Además, la conferencia contará con la presencia cualificada de representantes de las asociaciones y organismos más implicados en las iniciativas de apoyo a las comunidades cristianas de Oriente Medio, incluidos los que participan como miembros permanentes en la Reunión de las obras para la ayuda a las Iglesias orientales (ROACO).
“A veces”, explica el arzobispo Boutros Marayati, “la distribución de los recursos que llegan del exterior parece caótica. Cada uno va por su lado, se crean canales paralelos. De este modo, los más emprendedores pueden conseguir ayudas de diversas fuentes, mientras que los más desprevenidos, que suelen ser los más necesitados, no reciben nada. Incluso en la gestión de las subvenciones dirigidas específicamente a las comunidades cristianas, cada uno parece preocuparse sólo de su pequeño jardín. Hay quienes piden ayuda aquí o allá, mientras que algunos se quedan completamente fuera y corren el riesgo de morir de hambre”.
La movilización de grupos e instituciones desde el exterior -en primer lugar de los países occidentales- para recaudar recursos y fondos para las comunidades cristianas dispersas por Oriente Medio plantea cuestiones fundamentales sobre el presente y el futuro de las Iglesias autóctonas de Oriente Medio. El arzobispo Marayati afirma: “Lo que estamos viviendo es una situación de emergencia. Ahora, sin ayuda, en determinadas situaciones, los cristianos tendrían que enfrentarse a la perspectiva de convertirse en pequeñas comunidades de ancianos, destinadas a desaparecer. Si todos quieren irse, al final sólo se quedan los mayores. Por eso tratamos sobre todo de fomentar oportunidades y situaciones que ayuden a los jóvenes a elegir quedarse en su tierra, no emigrar. Dicho esto, la pregunta sigue siendo: ¿tenemos que vivir toda nuestra vida con ayudas? Tendremos que llegar a un acuerdo desde el punto de vista nacional, buscando una salida a la crisis.
Está en juego la redacción de la nueva Constitución siria. Y se están intensificando las negociaciones entre los representantes del gobierno y algunos componentes rebeldes desarmados, que están en contra del gobierno sirio pero no han elegido la vía de la confrontación militar. Veremos hasta dónde se puede llegar”.
Sin embargo, la situación de los cristianos en Siria no puede sustraerse del contexto de caos, pobreza y miedo que comparten todos los demás sirios. “En Alepo - dice el arzobispo católico armenio - continuamos nuestra vida espiritual y eclesial. Las iglesias están abiertas. Las escuelas están abiertas. La emergencia económica es ahora la más asfixiante, tanto para nosotros los cristianos como para los demás. Se accede a todos los bienes con tarjetas de racionamiento. Se utilizan para conseguir gasolina, café, pan, gas. Todo está racionado. Los precios en el mercado negro son cada vez más prohibitivos, y sólo los que tienen mucho dinero en efectivo tienen acceso a ellos”. La situación parece caótica en zonas -como las regiones del noreste de Siria- donde el territorio está controlado en un mosaico de fuerzas locales y extranjeras, incluidas las milicias yihadistas que aún actúan. Los kurdos hablan de esa zona como si se tratara de una entidad independiente, alejada del control de Damasco, germen de la patria que desean desde hace tiempo para hacer realidad su aspiración nacional. “Pero si se tienen en cuenta todos los factores en juego - señala el arzobispo Marayati - aún no está claro cuál es el plan general. No hay una única posición kurda, desde el punto de vista político. En Alepo, por ejemplo, hay un barrio bajo control kurdo, que a su vez está ‘controlado’ por el ejército sirio. Esta es otra situación local que muestra lo complejo que es el escenario en Siria. Estados Unidos tiene fuerzas militares en territorio sirio que parecen apoyar a los kurdos. Pero luego los mismos EEUU son también aliados de Turquía, que está en contra de los kurdos en Siria, y realiza incursiones militares en territorio sirio contra ellos. Y luego están los rusos en la costa, y también grupos de milicianos que pertenecen a Irán... Es un escenario muy complicado, en el que la única forma de evitar o reducir el sufrimiento de los pueblos es la del compromiso, la de conciliar diferentes intereses y perspectivas. Por esta razón -concluye el arzobispo Marayati- seguimos pidiendo, en primer lugar, el fin de las sanciones contra Siria, que sólo sufren las personas, los niños, los ancianos y las familias necesitadas, que padecen las consecuencias inhumanas e injustas. Porque los pobres, en esta vorágine, son los que luego pagan toda la factura”.
(GV) (Agencia Fides 11/3/2022)


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