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Kiev (Agencia Fides) - “Las guerras son una derrota para todas las partes implicadas. El único que goza es el diablo, que ya baila sobre las cabezas de los cadáveres y juega con el dolor de las viudas, los huérfanos y las madres de duelo”. Con estas palabras Anba Raphael, obispo ortodoxo copto al frente de la diócesis que comprende la parte central de El Cairo, expresaba con una imagen fuerte y sugerente el malestar de los líderes y las comunidades de las Iglesias orientales ante el actual conflicto en Ucrania. En los últimos años, el presidente ruso, Vladimir Putin, se había propuesto acreditar su imagen como defensor de las comunidades cristianas locales en Oriente Medio.
También por eso cobra importancia el unánime desconcierto expresado ante el conflicto en Ucrania por los patriarcas y por los representantes de las Iglesias orientales ante una campaña militar que afecta a pueblos hermanos, íntimamente marcados en su identidad por el cristianismo oriental de tradición bizantina. En los últimos años, las heridas más graves dentro de la cristiandad ortodoxa habían tenido como epicentro a Ucrania. El choque que condujo a la escisión entre el Patriarcado de Constantinopla y el Patriarcado de Moscú había manifestado desde el principio su conexión con conflictos fomentados por sentimientos nacionalistas y deseos de dominio geopolítico.
El conflicto entre la Iglesia de Constantinopla y la Iglesia de Moscú había adquirido un matiz cada vez más grave después de que el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla concediera la autocefalía a la Iglesia ortodoxa ucraniana el 6 de enero de 2019, legitimando canónicamente una estructura eclesial ucraniana totalmente desvinculada de cualquier vínculo jerárquico hacia el Patriarcado de Moscú.
Ahora, ante la campaña militar lanzada por Rusia en territorio ucraniano y el trágico escenario de guerra, las palabras y llamamientos expresados por Patriarcas y representantes oficiales de varias Iglesias ortodoxas también tratan de orientar a las comunidades que luchan con una inevitable y dolorosa desorientación espiritual. El patriarca Ilya II, primado de la Iglesia Ortodoxa Autocéfala de Georgia, reza por el pueblo ucraniano. “Sabemos, en base a la amarga experiencia de Georgia, cuán importante es la integridad territorial de cada país”, indica el Patriarca de la nación donde en 2008 las fuerzas armadas rusas intervinieron con la justificación de proteger el deseo de autonomía de las regiones de Osetia y Abjasia.
El patriarca Daniel, primado de la Iglesia ortodoxa de Rumanía, en sus declaraciones a los medios de comunicación condena la campaña militar emprendida por Rusia contra “un estado independiente y soberano” y espera que las diplomacias del mundo pronto reactiven el diálogo para alejar el espectro de la guerra de Ucrania y de toda Europa. El Patriarca Ecuménico de Constantinopla Bartolomé I, primus inter pares entre los Primados de las Iglesias Ortodoxas, en un mensaje difundido el jueves 24 de febrero expresó su “profundo pesar” por lo que definió como un acto de clara violación de cualquier noción de derecho internacional legitimidad. Bartolomé también expresó su apoyo al pueblo ucraniano y su intención de defender la integridad de su patria. “Debemos orar para que nuestro Dios, el Dios del amor y la paz, ilumine el liderazgo de la Federación Rusa para que comprenda las trágicas consecuencias de sus decisiones y acciones, que también pueden desencadenar una guerra mundial”. Sentimientos similares de cercanía espiritual con el pueblo ucraniano fueron expresados por el arzobispo de Atenas Ieronymos, jefe de la Iglesia ortodoxa griega. El metropolita Onofry, jefe de la Iglesia ortodoxa ucraniana que sigue vinculada al patriarcado de Moscú, publicó un mensaje inicial de condena contra lo que denominó una campaña militar de invasión lanzada por Rusia en territorio ucraniano. El mensaje fue posteriormente retirado de la web oficial de este patriarcado eclesial.
Por su parte, el patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Kirill, en un mensaje publicado el pasado 24 de febrero asume “con profundo y sentido dolor” el sufrimiento causado por los “acontecimientos que están teniendo lugar”. El Jefe de la Iglesia Ortodoxa Rusa no entra en el fondo de los motivos y responsabilidades del conflicto. Kirill habla como Primado de una Iglesia cuyo rebaño está en Rusia, Ucrania y otros países, expresando cercanía a “todos los que se han visto afectados por esta tragedia”. El patriarca ruso invita a todas las partes en conflicto a hacer “todo lo posible para evitar bajas civiles” y recuerda que los pueblos ruso y ucraniano tienen una historia común centenaria que se remonta a los tiempos del príncipe san Vladimir. “Creo que esta afinidad dada por Dios ayudará a superar las divisiones y desacuerdos que han surgido y que han llevado al conflicto actual”, indicó el Primado de la Iglesia Ortodoxa Rusa, invitando a todos a prestar toda la ayuda a las poblaciones que sufrirán el conflicto.
(GV) (Agencia Fides 26/2/2022)