AMÉRICA/BRASIL - Donde la Misión Ad gentes es una prioridad desde hace tiempo

miércoles, 23 febrero 2022 animación misionera   iglesias locales  

Celam

Rio Grande do Sul (Agencia Fides) - En la región Sur 3 de la Conferencia Episcopal Brasileña (CNBB), la Misión Ad gentes es una prioridad desde 1994, cuando la Iglesia de Rio Grande do Sul asumió el proyecto “Iglesias hermanas” con la Archidiócesis de Nampula, en Mozambique. Desde entonces, y durante 28 años, la Región ha enviado misioneros y ha apoyado la misión, que actualmente cuenta con cuatro misioneros al servicio de dos parroquias, para un total de 150 comunidades, y desarrolla proyectos en el ámbito de la educación junto con la comunidad local.
Un signo importante del compromiso misionero en Rio Grande do Sul, subraya la nota de la CNBB enviada a la Agencia Fides, está dado por la consolidación y mantenimiento de los proyectos misioneros Ad gentes no sólo en Mozambique, sino también en la región amazónica por parte de las diócesis que la integran. Cada Iglesia particular, una Iglesia hermana; cada Región, un proyecto Ad gentes más allá de sus fronteras. El desafío ha sido propuesto a la Iglesia en Brasil por el Programa Misionero Nacional (2019-2023) y llama a todos a la misión de realizar una Iglesia sinodal en salida. En el ámbito de las Iglesias particulares, las Arquidiócesis del Estado han asumido constantemente la provocación que proviene también de las Orientaciones Generales de la Acción Evangelizadora, buscando formas de consolidar cada vez más el pilar de la Misión en su realidad y asumiendo la llamada a los proyectos de las Iglesias hermanas.
Entre los signos concretos del compromiso misionero, la región Sul 3 de la CNBB menciona un acontecimiento reciente: La diócesis de Montengro envió su primer misionero a la Prelatura de Alto Xingu-Tucumã el 31 de enero. El P. Blásio Henz, que tiene previsto permanecer tres años en su misión en la Amazonia, inaugura así el proyecto firmado entre la Diócesis y la Prelatura. Consciente de los retos que va a encontrar, el sacerdote ha subrayado que llevaba consigo a toda la diócesis de Montenegro, que ha abrazado este proyecto con él.
Mons. Carlos Rômulo, obispo de Montenegro, explica que el camino hasta la consolidación del proyecto de la iglesia hermana no ha sido fácil, pero ahora hay una gran efervescencia en el envío de misioneros por parte de la Iglesia: “El hecho de tener una iglesia hermana y un sacerdote de nuestra diócesis allí significa que todos debemos ser misioneros aquí. Es una llamada permanente. El Proyecto de Iglesias Hermanas es una riqueza para los que envían y para los que reciben”. Entre los pioneros de la cooperación misionera en esta región está la Archidiócesis de Porto Alegre, que en 1973 envió tres sacerdotes misioneros a la entonces Prelatura, hoy diócesis, de Xingu-Altamira, en el estado de Pará.
(SL) (Agencia Fides 23/02/2022)


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