AMÉRICA/PERÚ - “Aguchita”, la misionera mártir que dio su vida por la Amazonia y por los derechos humanos de sus pueblos

Lima (Agencia Fides) - Sor María Agustina de Jesús Rivas López, conocida por todos como "Aguchita", la religiosa peruana asesinada el 27 de septiembre de 1990 por el grupo terrorista Sendero Luminoso y cuyo martirio in odium fidei fue reconocido por el Papa Francisco el 22 de mayo de 2021, será beatificada el 7 de mayo. En este periodo, por tanto, se intensifican las iniciativas para dar a conocer el testimonio de fe de la mujer religiosa (véase Fides 24/05/2021).
La Red Eclesial Panamericana (REPAM), en coordinación con la Asociación Católica de Comunicación de América Latina y el Caribe (SIGNIS), ha producido un corto documental titulado "Aguchita", que forma parte de la serie "La Vida por la Amazonía", estrenada el 14 de febrero.
El documental de 20 minutos muestra la historia de la vida de la misionera peruana que pasó la mayor parte de su vida en la selva central de Perú. La religiosa, que pertenecía a la comunidad del Buen Pastor, fue asesinada mientras realizaba su misión pastoral en el pueblo de Ashaninka, en la selva central de Perú. Aguchita dedicó su trabajo a la atención de la salud, la educación, la oferta de alimentos y la alfabetización, principalmente de las mujeres, que impulsó a través de proyectos de formación, organización de grupos juveniles y catequesis familiar en las comunidades rurales del Valle del Yurinaqui, en el departamento de Junín.
A la misionera peruana que dio su vida por la Amazonia y por los derechos humanos de los pueblos amazónicos se le acaba de dedicar un libro con el título “Aguchita: la muerte no se improvisa, el amor es nuestra vocación”, de Alfonso Tapia, Vicario General de San Ramón. Comentando el texto, el historiador José Antonio Benito señala, entre otras cosas, que si en La Parada y en sus apostolados Aguchita recuerda a la Madre Teresa de Calcuta, en la selva peruana “vemos mucho de Santa Teresa, por su experiencia de infancia espiritual, en la confianza y el abandono en Dios. Sin esta dimensión, Aguchita sería una activista social -una excelente activista- pero reducida a una voluntaria social. Aquí se revela la clave de su caridad y santidad”.
En su relato del asesinato de Aguchita y los aldeanos, José Antonio Benito señala que “la religiosa -en todo momento- rezó por todos. Así terminó su vida y la de todos los habitantes del pueblo que murieron en ese trágico día”. Pero para el creyente, el martirio no es algo que termine con un acto sangriento, por lo que “la muerte de Aguchita y de los miles de peruanos inocentes que murieron injustamente, se convierte en un testimonio de paz y libertad. Ya no son muertes absurdas, sino que han adquirido un sentido de reivindicación por la justicia y la paz, por un Perú más justo y fraterno”.
(SL) (Agencia Fides 22/02/2022)

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