VATICANO - "¡Iglesia de Dios en la República Democrática del Congo, no pierdas nunca la alegría de creer y de hacer conocer el Evangelio de Cristo Salvador! ": exhortación del Papa Benedicto XVI al primer grupo de Obispos congoleños en visita ad Limina

sábado, 28 enero 2006

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "En estos últimos años vuestro País ha vivido al ritmo de conflictos cruentos que han dejado profundas cicatrices en la memoria de los pueblos. En el curso de esta tragedia, que ha afectado de modo particular el este del País, vosotros os habéis preocupado de denunciar, con vigorosos mensajes, las vejaciones cometidas, exhortando a las autoridades locales a dar prueba de responsabilidad y de coraje, para que las poblaciones pudieran vivir en la paz y la seguridad. Animo a la Conferencia episcopal a permanecer vigilante para acompañar los progresos en curso". Con esta exhortación se ha dirigido el Santo Padre Benedicto XVI al primer grupo de Obispos de la República Democrática del Congo (Provincias Eclesiásticas de Kinshasa, de Mbandaka-Bikoro y Kananga) a los que ha recibido en audiencia el viernes 27 de enero, al final de su visita Ad limina Apostolorum, la primera del año 2006.
Entre los tiempos fuertes de la vida eclesial que han marcado estos últimos años en el Congo, el Santo Padre ha recordado en particular el Gran Jubileo del año 2000 y el décimo aniversario de la publicación de la exhortación Apostólica post-sinodal Ecclesia in Africa. "Mientras algunas Diócesis celebran el centenario de su evangelización - ha continuado el Papa Benedicto XVI -, deseo que cada uno de vosotros se afane por hacer un balance sobre la cuestión centrado en propuesta del Evangelio y saque del mismo las consecuencias pastorales para la vida de las comunidades locales". Después ha exhortado a los Obispos: "Os animo pues, con el ejemplo y la probidad de vuestra vida estrechamente unida a Cristo, a proclamar sin pausa el Evangelio de Cristo y a dejaros renovar por Él, recordándoos que la Iglesia vive del Evangelio, sacando continuamente del mismo orientaciones para su camino."
Centrándose sobre el tema de la evangelización profunda de los fieles, el Santo Padre ha citado como ejemplo "Las comunidades eclesiales vivas", presentes en abundancia en las Diócesis, que "reflejan bien esta evangelización "cercana" que hace a los fieles siempre más adultos en su fe" y además "constituyen un valioso baluarte contra la ofensiva de las sectas, que explotan la credulidad de los fieles y los extravían". A este respecto, los Obispos deben "velar con extrema atención” sobre la formación permanente de los responsables de estas comunidades y "para que estas Comunidades eclesiales vivas sean realmente misioneras, deseosas no sólo de acoger el Evangelio de Cristo, sino también de dar testimonio del mismo ante los hombres". En estos tiempos particularmente decisivos para la vida del País, el Papa ha subrayado que es necesario recordar a los fieles laico "la urgencia de dedicarse a la renovación del orden temporal."
El Santo Padre se ha detenido ampliamente en su discurso sobre los sacerdotes, diocesanos y miembros de Institutos, dándolos las gracias por su servicio a menudo "heroico". Después ha exhortado a los Obispos a permanecer cercanos a los sacerdotes, “desarrollando una capacidad de diálogo confiado" y mostrándose atentos "a su crecimiento humano, intelectual y espiritual", impulsándolos a la excelencia en la vida espiritual y moral. “Velad también sobre su formación permanente para que puedan penetrar constantemente más a fondo en el misterio de Cristo. Puedan ellos iluminar la conciencia de los fieles y edificar comunidades cristianas firmes y misioneras que tengan sus raíces y su centro en la Eucaristía, que ellos presiden en nombre de Cristo!... Os animo también a desarrollar cada vez más los vínculos de comunión en el seno de vuestro presbiterio diocesano… la continuación de los conflictos condiciona a veces, negativamente la unidad del presbiterio, favoreciendo lo desarrollo del tribalismo y de luchas de poder funestas para la edificación del Cuerpo de Cristo y fuente de confusión para los fieles". también corresponde a los Obispos la delicada tarea de mostrar una atención constante a la calidad de la formación de los futuros sacerdotes y la responsabilidad en el acompañamiento y discernimiento de las vocaciones sacerdotales. "Esto vale en particular para la elección de los formadores, a quienes aprovecho para alabar el exigente trabajo, alrededor de los cuales, bajo la autoridad del rector, se edifica la comunidad del seminario". Al término de su discurso el Santo Padre Benedicto XVI animó a los Obispos: "Doy gracias al Señor por el trabajo generoso de todos los artífices de la evangelización, entre los que se encuentran numerosos misioneros, que han permitido el arraigamiento y crecimiento de vuestra Iglesia. Os exhorto a continuar con valor la evangelización que iniciaron vuestros predecesores. ¡Iglesia de Dios en la República Democrática del Congo, no pierdas nunca la alegría de creer y de hacer conocer el Evangelio de Cristo Salvador!". (S.L) (Agencia Fides 28/1/2006, Líneas: 56 Palabras: 814)


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