ASIA/VIETNAM - “No tengáis miedo”: el Año del Tigre aporta fuerza y esperanza a la vida de los católicos

martes, 1 febrero 2022

Hanoi (Agencia Fides) – “¡No tengáis miedo! Confiemos en Dios, la esperanza difundirá la paz en todas las familias, a pesar de las dificultades de nuestra vida social”: este es el mensaje central para el nuevo Año Lunar, como ha dicho en la homilía de la primera misa matutina del nuevo año, Mons. Joseph Dang Duc Ngan, obispo de la diócesis de Da Nang. Según la información de la Agencia Fides, el Obispo ha pedido que “la llamada de Jesús, 'No tengáis miedo', resuene en cada corazón, en cada hogar, en cada familia, en toda la nación”, deseando a los fieles todo lo mejor y un año lleno de gracia.
El Obispo de la diócesis de Ha, Mons. Tinh Louis Nguyen Anh Tuan, ha dicho a los fieles: “El Año del Tigre nos traerá alegría, paz y prosperidad. La vida es dura a causa de la pandemia de Covid-19, pero cada vez hay más signos de esperanza. La alegría es aún mayor cuando el pueblo de Dios está unido y se ama, convirtiéndose en testigo del Evangelio y del amor de Dios por la humanidad”.
En su carta pastoral publicada con motivo del Año Nuevo, el obispo Mathew Nguyen Van Khoi, que dirige la diócesis de Qui Nhon, escribe: “El nuevo tiempo que Dios nos regala es el Año del Tigre, que simboliza la fuerza, la majestad y la libertad. Esperamos que Dios dé a los seres humanos la fuerza necesaria para derrotar la pandemia del Covid-19 y eliminar todas las fobias y temores de sus corazones. Como católicos, cada uno de nosotros debe tratar de fortalecer su fe, también a través de la oración. Estamos llamados a dar testimonio de la fe en nuestra vida cotidiana, a pesar de las dificultades y los desafíos, tanto con palabras como con nuestra vida. En este Año del Tigre, estamos llamados a vivir según el Evangelio, para que la luz de la fe y del amor de Dios se difunda a nuestro alrededor”.
La fiesta del Tet, el Año Nuevo Lunar -la mayor fiesta del pueblo vietnamita, transmitida desde la antigüedad en la tradición nacional- tiene también un profundo significado religioso para los católicos vietnamitas (unos 9 millones de fieles sobre una población de 97 millones, en un país de mayoría budista): los fieles acuden a la Iglesia para celebrar la Eucaristía, dar gracias a Dios y rezar por sus familias y por la nación. Según la tradición, durante los cuatro días de la Fiesta del Tet, la Iglesia de Vietnam celebra cuatro misas diferentes, una por cada día, durante cuatro días consecutivos.
La primera "Misa de Año Nuevo" se celebra la noche del último día del año lunar anterior, y es una misa de acción de gracias a Dios por el año que acaba de pasar, por los dones y las gracias recibidas.
Luego, en la mañana del primer día del Año Nuevo Lunar, se celebra una santa misa para rezar, en particular, por la paz en la familia y la nación. Al final de esta celebración, cada familia recibe una cita del Evangelio, escrita en caligrafía al estilo tradicional del Tet. Esta cita del Evangelio se cuelga solemnemente en la casa para que se convierta en una referencia y guía para toda la familia en el Año Nuevo.
Al día siguiente, la Eucaristía del segundo día del Tet se dedica a rezar por los antepasados, vivos o muertos: cada creyente honra, rinde homenaje y reza por aquellos que le han cuidado y alimentado. En esta misa, los ancianos de la comunidad son los protagonistas: son acompañados y acogidos para asistir a la celebración, y el párroco y toda la comunidad les rinden especial agradecimiento y honor.
Por último, en el tercer día del Año Nuevo, la Santa Misa incluye una intención de oración por el trabajo de cada persona y cada familia, invocando la prosperidad según la petición de que nunca falte “el pan de cada día”.
(AD-PA) (Agencia Fides 1/2/2022)


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