ÁFRICA/ETIOPÍA - Cada día miles de personas inocentes pierden la vida. En Tigray una crisis sin precedentes

miércoles, 19 enero 2022

Adigrat (Agencia Fides) - La situación humanitaria en Tigray empeora de día en día. Millones de niños sufren de desnutrición severa, ya que muchas personas están reducidas al hambre, incluidos los desplazados internos. La enfermedad y la muerte están por todas partes, especialmente entre los niños, los ancianos, las personas de alto riesgo debido a enfermedades crónicas y al COVID-19. El Secretariado Diocesano Católico de Adigrat (ADCS) denuncia así a la Agencia Fides el agravamiento de la crisis humanitaria en la región etíope.
Desde principios de noviembre de 2020 hasta mediados de junio de 2021, la ADCS y las congregaciones religiosas que operan bajo la Eparquía, han contribuido a salvar vidas afectadas por la guerra. Sin embargo, debido a las múltiples limitaciones, como las restricciones de seguridad a la circulación y el acceso, la limitación de la retirada de efectivo y la escasez de suministros básicos en el mercado, la ayuda humanitaria se ha limitado a las ciudades y a las zonas cercanas a las carreteras principales. La situación se ha agravado aún más por el bloqueo del transporte, tanto terrestre como aéreo. “Al igual que otras organizaciones humanitarias, no hemos podido seguir respondiendo a las emergencias, llegar a los afectados por la guerra y aliviar su sufrimiento”, escribe el director diocesano, el padre Abba Abraha Hagos. Se trata de una crisis humanitaria sin precedentes, en la que cada día que pasa, cada hora que pasa, miles de víctimas inocentes pierden la vida.
Desde el comienzo de los enfrentamientos en Tigray, y en particular desde el 28 de junio de 2021 hasta hoy, la guerra en curso, acompañada de ataques aéreos indiscriminados, helicópteros y drones ha provocado una crisis sin precedentes. Ataques y masacres de civiles por motivos étnicos, destrucción de hogares y desplazamiento de millones de personas, violencia de género desenfrenada que ha destruido familias y la vida de mujeres y niñas, devastación de la economía, las instituciones y la infraestructura social, y destrucción del patrimonio cultural y religioso. Millones de personas están psicológicamente destruidas, aterrorizadas.
“Toda la población ha sido privada de todos los derechos fundamentales de todo ser humano: el derecho a vivir con dignidad, el derecho a la seguridad, a la educación, a la alimentación, al agua, a la asistencia humanitaria, etc.” La realidad cotidiana del país es de sufrimiento, muerte, falta de medicamentos para las enfermedades prevenibles. Cualquier otro retraso acabará en un desastre irreparable para la vida y el tejido social de toda una generación”.
La ADCS destaca que la diócesis católica de Adigrat, que abarca todo Tigray, está inmersa en una crisis extremadamente alarmante que requiere una respuesta urgente por parte de los partner, otras organizaciones humanitarias y la comunidad internacional. “Queremos hacer un llamamiento a todos nuestros socios y a otras organizaciones de ayuda humanitaria para que sigan instando y presionando a las comunidades internacionales, a las Naciones Unidas, a las organizaciones de derechos humanitarios, a las agencias gubernamentales internacionales y a las diplomacias internacionales, para que presionen a favor del diálogo político por la paz y del acceso sin restricciones a la ayuda humanitaria, los servicios y los suministros básicos, que son un derecho natural de los seres humanos”.
(AP) (Agencia Fides 19/1/2022)


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