AMÉRICA/VENEZUELA - Los obispos: “a pesar de los signos negativos presentes en el país, podemos constatar que hay signos de luz y de esperanza en medio de nuestro pueblo”

viernes, 14 enero 2022 conferencias episcopales   coronavirus   política   sinodalidad   derechos humanos  

Caracas (Agencia Fides) – Al término de su 117ª Asamblea Plenaria Ordinaria, los obispos venezolanos han enviado un mensaje “de amor y esperanza al inicio de este nuevo año 2022”, presentado ayer por Mons. Jesús González de Zárate, Arzobispo de Cumaná y recién elegido Presidente de la CEV, junto con Mons. Raúl Biord, Obispo de La Guaira y Secretario General de la CEV, y Mons. José Manuel Romero, Obispo de El Tigre y presidente de la Comisión Episcopal de Adolescencia y Juventud de la CEV.
La exhortación pastoral de 16 puntos está estructurada en torno a tres temas: la pandemia, la debilidad de la democracia y el camino sinodal. Ante la pandemia de Covid-19 que comenzó hace dos años y el surgir de nuevas variantes, que “mantienen al mundo en emergencia sanitaria” los obispos subrayan la importancia de vacunarse: “Nos sumamos al llamado del Papa Francisco que nos recuerda que vacunarnos es un acto de amor”. Renovando además su agradecimiento y bendición “al personal de salud, que a diario arriesga su vida para atender a numerosos enfermos”.
“La pandemia además de causar sufrimiento, dolor y muerte en la población, ha profundizado los males que ya aquejaban en el pasado a los venezolanos” habían dicho con anterioridad los obispos que ahora constatan: “Son muchos los aspectos a señalar sobre la dolorosa situación del país”. Entre estos citan el desmantelamiento de las instituciones democráticas y de las empresas del Estado; la emigración forzada de millones de venezolanos, sobre todo jóvenes; la pobreza, con particular acento en la desnutrición de la infancia y las situaciones de injusticias que viven las personas de avanzada edad. Además de estos aspectos, están “los daños psicológicos, morales y espirituales que experimentan los venezolanos en el drama que estamos viviendo”. A esto se suman los problemas económicos del país y la crisis educativa.
“Nos encontramos como país en una grave crisis global y democrática – prosiguen el ser humano con su dignidad, principalmente la persona pobre, es colocada a un lado por el régimen político, para dar relevancia a un sistema ideológico excluyente, perdiéndose el sentido de la democracia como poder del pueblo… Cuando una ideología se antepone como un sistema de poder, que violenta los derechos humanos y rechaza la dignidad de la persona, genera injusticia y violencia institucional”. El mensaje cita el caso de las elecciones de Barinas, donde ocurrieron anomalías, pero “el pueblo de Barinas mostró su nobleza y su deseo de cambio en favor de la libertad y del desarrollo humano integral de esa importante región”.
Por lo que subrayan que “a pesar de los signos negativos presentes en el país, podemos constatar que hay signos de luz y de esperanza en medio de nuestro pueblo”, que se han puesto de manifiesto en particular en la asistencia y en la solidaridad a los enfermos y a los pobres.
La última parte de la exhortación está dedicada al camino sinodal: “Como Iglesia, estamos viviendo la experiencia de caminar juntos. Uno de los elementos fundamentales en este proceso es promover la escucha” subrayan, invitando a “caminar juntos como pueblo de Dios, motivados por la misión que se nos ha encomendado de hacer cada día más vivencial el Evangelio de Jesucristo, es un testimonio enriquecedor de la presencia del Espíritu Santo en nuestra historia”.
En vista de las tareas futuras, los obispos exhortan “a todos los sectores del país a asumir su compromiso histórico con Venezuela, para seguir trabajando por la comunión, la paz y el bienestar material y espiritual de nuestro pueblo”. Por último, reiteran su convicción, ya expresada en el pasado, de que es necesario refundar la nación, según principios y normas que permitan alcanzar el bien común, recuperando los valores de la verdad, la justicia, la solidaridad, la responsabilidad, la honestidad, la cultura del trabajo productivo. “Es el momento de caminar todos juntos en la construcción de un país donde haya oportunidades para todos, de tal forma que quienes se han ido puedan tener la oportunidad de regresar y volver a la unidad familiar y como nación”.
(SL) (Agencia Fides 14/1/2022)


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