AFRICA/KENYA - La experiencia misionera de Sor Lucy en el campo de refugiados de Kakuma, al Norte de Kenia

martes, 24 enero 2006

Nairobi (Agencia Fides) - "Adoro trabajar con y para las personas que viven al margen de la sociedad: cuando supe que me mandaban en misión a Kakuma para trabajar con personas que viven en el campo, me alegré mucho aunque también a la vez me asusté un poco por la inseguridad de la zona" escribe Suor Lucy Bahati Robert, de las Franciscanas Misioneras de Maria (FMM), en la revista de la Congregación, "Meeting Space."
Sor Lucy describe su trabajo en el campo de refugiados de Kakuma, en Turkanaland, una región semidesértica del Norte de Kenia, habitada por los Turkana, una población de pastores nómadas, que se mueven continuamente en búsqueda de las raras dehesas para sus ganados.
"En 1992 cuando se creó el campo de Kakuma, tenía una capacidad de acogida de 20.00 refugiados. Actualmente el campo acoge a 90.000 refugiados procedentes de Sudán, Uganda, Burundi, Rwanda, República Democrática del Congo, Somalia y Etiopía" explica la religiosa. "La mayor parte de los refugiados son sudaneses que constituyen alrededor del 75% de la población del campo. Las tres cuartas partes de los refugiados sudaneses son jóvenes."
Las dudas y los miedos iniciales de Sor Lucy se debían a "la inseguridad del sitio, la hostilidad de las personas como consecuencia de la difícil situación en las que viven, y la violencia del campo."
"Pero" añade la religiosa "a medida que se aproximaba el tiempo de ir en misión he tratado de superar estos miedos por medio de la oración y la gracia de Dios. Después de entrar en el campo, descubrí que lo que me habían dicho era verdad. La buena noticia es que la gente es fundamentalmente buena pero está herida. Están esperando y deseando que llegue alguien con quien compartir sus sufrimientos."
“Pedí entonces al Señor que me diera valor para compartir con ellos que lo El deseaba para ellos y para mi, para poder así aprender y crecer juntos” escribe la religiosa. “Se me ofreció la oportunidad de acompañar a los jóvenes de la parroquia de la Santa Cruz. Los católicos son en gran parte sudaneses con una porcentaje menor de ugandeses y congoleños. Me he centrado sobre todo en la atención a las chicas, que son las personas más vulnerables del campo. Al principio, encontré mujeres sudanesas muy cerradas. Según la tradición sudanesa, en efecto, las mujeres raramente salen y tienen así pocas oportunidades de mezclarse con otras culturas."
Sor Lucy tuvo por ello que armarse de paciencia para ser conocida en primer lugar por los padres de las chicas y “conseguir de este modo su confianza para permitir a las jóvenes acudir a los encuentros y seminarios que queríamos organizar".
Gracias a este paciente trabajo, ahora los jóvenes, chicos y chicas, buscan continuamente a Sor Lucy, buscan su ayuda y consuelo, “hasta el punto que a veces no tengo el tiempo ni para comer”. Una labor difícil porque "a veces sus heridas son tan profundas que es difícil escucharles sobre todo porque a veces no se que decirles. Intento siempre escucharles lo mejor que puedo. Ante el Santísimo Sacramento pregunto a Jesús porque permite que yo oiga todas estas cosas que me hacen sentirme totalmente impotente, especialmente cuando las personas necesitan de una ayuda material que no poseo". (L.M) (Agencia Fides 24/1/2006 Líneas: 41 Palabras: 560)


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