ASIA/SRI LANKA - “La paz es todavía posible en Sri Lanka, y el diálogo es el camino”, afirma un misionero Claretiano, mientras se teme el regreso de la violencia en el país

lunes, 23 enero 2006

Colombo (Agencia Fides) - “La guerra acaba con el bienestar, la prosperidad y la esperanza de las familias, de los dos grupos étnicos, singalés y tamil: es un sin sentido que debería terminar”, afirma el misionero claretiano P. Cyriac Niijayarkulam, que ha vivido y trabajado durante 13 años en la isla, en diversos periodos. “En lo que podemos - señala el misionero - hemos intentado realizar encuentros entre jóvenes singaleses y tamiles, promover la colaboración y la amistad, hacer emerger los valores y deseos comunes. Espero ardientemente que el país pueda tener un futuro de paz, en el respeto de los derechos de toda la comunidad. La paz es posible en Sri Lanka, y el camino para llegar a ella es el del diálogo”.
Sri Lanka parece en efecto a punto de reiniciar el conflicto civil. Tras las elecciones presidenciales del otoño pasado, la relación entre gobierno y rebeldes tamiles no ha mejorado y las negociaciones siguen paradas. La tregua se ha ido deteriorando progresivamente: ataques y represalias se han hecho cada vez más frecuentes (las víctimas desde noviembre 2005 hasta hoy son cerca de 150, entre soldados y civiles), y la confianza entre las partes parece disminuir de día en día. Entre la población crecen el miedo y la tensión: la gente teme que el país pueda volver a un conflicto civil generalizado, mientras que ha llegado a Colombo el mediador noruego, Erik Solheim, para tratar de recomponer las negociaciones entre las partes.
El P. Cyriac, que ha podido trabajar en áreas singalesas y tamiles, expresa el temor del pueblo de Sri Lanka y también de la comunidad cristiana en la ex-Ceilán. El religioso cuenta su preciosa experiencia de misión, marcada por la guerra civil: “después de haber iniciado nuestro trabajo en el 1978 en el centro de Sri Lanka, nos vimos obligados a cerrar la misión Claretiana en el 1984, por la explosión del conflicto interno. Después, en el 1992, los Claretianos alemanes consiguieron comprar una casa en Jaffna, en zona tamil, pero también allí tuvimos dificultades a causa de la guerra. Hemos tenido, y continuamos teniendo actualmente, estudiantes singaleses y tamiles. Los dos pueblos afirman que quieren la reconciliación y la paz. Es necesario animarles y aumentar los esfuerzos de diálogo, a todos los niveles”.
El P. Cyriac habla también de la situación religiosa del país y, en particular, de la comunidad cristiana: “En la isla las dos religiones mayoritarias son el budismo (profesado por los singaleses) y el hinduismo (profesado por los tamiles). Los cristianos son una minoría, aunque apreciada y respetada. En los últimos tiempos han surgido dificultades: en el Parlamento hay un proyecto de ley llamado “Documento Anti-Conversiones” que está creando preocupaciones. Apoyado por algunos grupos integristas de matriz budista, se quiere de hecho limitar la libertad de conciencia y religión, garantizada por la Constitución. La Iglesia católica defiende con fuerza la libertad de cada hombre. El documento tiende a discriminar las minorías religiosas”.
Sobre la presencia de los religiosos Claretianos en Sri Lanka, el misionero explica: “Estamos presentes en zonas de mayoría singalés y tamil, con un total de cerca de 30 religiosos. Tenemos un noviciado y una casa de formación, con 18 jóvenes que están estudiando teología. Trabajamos sobre todo en la zona de Kandy, desarrollando actividades de apostolado con jóvenes, en las parroquias, en centros sociales y a través de una pequeña casa editorial”. (PA) (Agencia Fides 23/1/2006 Palabras: 598 Líneas: 40)


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