AMÉRICA/ARGENTINA - “Renovemos nuestro ardor misionero y evangelizador”: los mártires de Zenta serán beatificados

viernes, 15 octubre 2021 mártires   beatificación   animación misionera   indígenas   iglesias locales  

vaticanews

San Salvador de Jujuy (Agencia Fides) – “Con el mismo amor con que don Pedro se lanzó a la evangelización, haciendo descubrir la riqueza del amor de Dios por todo hombre, así nosotros renovemos nuestro ardor misionero y evangelizador como la mejor respuesta a este regalo de Dios que hoy hemos recibido”. Lo escribe el obispo de Jujuy, Mons. Daniel Fernandez, en un mensaje a los fieles de la diócesis con motivo del reconocimiento del Martirio y pronta beatificación de Pedro Ortiz de Zárate y de sus compañeros mártires, conocidos como “los mártires del Zenta”.
El 13 de octubre, en efecto, el Santo Padre Francisco autorizó a la Congregación para las Causas de los Santos a promulgar el Decreto sobre el martirio de los Siervos de Dios Pietro Ortiz de Zárate, sacerdote diocesano, y Giovanni Antonio Solinas, sacerdote profeso de la Compañía de Jesús, asesinados por odio a la fe el 27 de octubre de 1683 en el Valle del Zenta (Argentina).
“Para nosotros es una bendición muy grande del Señor – escribe Mons. Fernandez – que un jujeño, que fue Párroco de nuestra Catedral, y anteriormente en su vida civil, elegido por tres veces Alcalde de primer voto de la ciudad de San Salvador, sea elevado a los altares. Sus restos fueron sepultados bajo el sitio que ocupa hoy la Catedral de Jujuy en un lugar que, lamentablemente, no podemos llegar a identificar. Sólo sabemos por las crónicas que con gran devoción y recogimiento trasladaron los restos a ese sitio para darle cristiana sepultura”.
La diócesis de San Ramón de la Nueva Orán ha llevado adelante el proceso diocesano y ha monitoreado todo el desarrollo de la causa hasta su fase final, revela el obispo de Jujuy, que subraya: “el regalo de este beato, modelo de esposo, padre, hombre público, sacerdote y misionero es un gran aliento para nuestra Iglesia que peregrina en Jujuy. Debemos sentirnos estimulados y comprometidos a honrar a don Pedro Ortiz de Zarate viviendo nosotros también la heroicidad del testimonio de la fe, la esperanza y la caridad”.
Monseñor Luis Antonio Scozzina, obispo de San Ramón de la Nueva Orán, al comunicar la noticia a sus fieles escribe: “En el marco de los 60 años de la creación de la Diócesis de la Nueva Orán y luego de un largo proceso de estudio, por esta causa histórica de las que dan fe las fuentes de la época, esta noticia constituye un signo del amor Providente de Dios en la vocación misionera de esta Iglesia de la Nueva Orán. Es un motivo de gozo y consuelo para el Pueblo fiel el reconocimiento de la santidad de esta comunidad misionera formado por estos pastores y un grupo de laicos, entre ellos españoles, criollos, mulatos y miembros de las comunidades originarias de Humahuaca y Jujuy”.
Pedro Ortiz de Zárate nació el 29 de junio de 1626 en San Salvador de Jujuy (Argentina), en el seno de una familia de origen vasco. A los 17 años se casó y tuvo dos hijos. Viudo, siguió la vocación sacerdotal y se ordenó en 1657. Su vida estuvo marcada por una intensa actividad apostólica entre los nativos, un compromiso con la oración y el culto divino, con la música sagrada y con la administración de los sacramentos a los pobres y a los enfermos.
Giovanni Antonio Solinas nació en Oliena, en la provincia de Nuoro (Italia), en 1943. En 1663 ingresó en la Compañía de Jesús. En los primeros meses de 1672 mostró a sus superiores su vocación misionera, orientada hacia los aborígenes americanos. Su primer campo de apostolado fue la Reducción de Itapúa (Paraguay), donde se distinguió por su celo apostólico y su caridad hacia los nativos. En 1683 fue enviado a la misión del Chaco, junto con el Siervo de Dios Pedro Ortiz de Zárate, con quien compartió la misma muerte el 27 de octubre de 1683 en el Valle del Zenta (Argentina). Se encontraban en la zona con 18 laicos, entre ellos algunos indios convertidos, y tras celebrar la misa fueron atacados por aborígenes de las tribus tobas y mocovíes. En aquella época, había conflictos y luchas entre las tribus indígenas. Sus cuerpos presentaban signos de violencia y tortura.
(SL) (Agencia Fides 15/10/2021)


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