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Kinshasa (Agencia Fides) - En Kimpoko, a 40 kilómetros de Kinshasa, capital de la República Democrática del Congo, viven en un campo provisional, llamado Cana, unas 80 familias, constituidas en su mayoría por viudas y huérfanos de los FAZ (Fuerzas Armadas Zairenses, el ejército de ex Zaire, República Democrática de Congo desde 1997).
Estas personas viven en condiciones precarias: no hay corriente eléctrica ni agua. Las mismas pilas y lámparas de petróleo son un lujo. La gente debe vivir en tiendas de campaña expuestas a los elementos atmosféricos. El campo está lejos de las poblaciones y de cualquiera fuente de abastecimiento de comida y agua.
La única asistencia viene del Jesuit Refugees Service (JSR) que ha creado en el campo un centro sanitario y una escuela. Para que los refugiados de Cana pudieran celebrar las fiestas navideñas y de inicio del nuevo año, el JRS, según refiere la agencia congoleña DIA, distribuyó arroz y otros regalos, aunque la falta de electricidad no permitió a los refugiados poder difundir a todo volumen la música por los altavoces.
Christine Ngabusi, una de las responsable del campo, desea que en el nuevo año el gobierno congoleño se haga cargo del futuro de las familias establecidas en Cana proveyendo un verdadero alojamiento, teniendo en cuenta el servicio que sus maridos y padres, muertos en el campo de batalla, han prestado a la nación.
Para tratar de mejorar las condiciones económicas de las familias de Cana, el JRS ha provisto simientes para el cultivo de cacahuetes, pero el terreno local se ha revelado poco apto para el cultivo, por lo que la cosecha ha sido escasa.
Junto al JSR trabajan también en Cana algunas religiosas de una congregación local ayudadas por el párroco de una iglesia cercana, que ha asegurado a las familias del campo su solicitud y la intención de implicar a la comunidad cristiana local para llevarles alguna ayuda y consuelo. (L.M) (Agencia Fides 13/1/2006 Líneas: 27 Palabras: 341)
