VATICANO - Las “verdaderas joyas” del Colegio San Pedro, donde “se evangeliza formando”

miércoles, 5 mayo 2021 evangelización   congregación para la evangelización de los pueblos   obras misionales pontificias  

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "La formación de un sacerdote, hoy, es integral. Nos interesa no sólo la formación intelectual, sino también la formación humana, la formación espiritual y la formación misionera y pastoral”. Así lo afirma a la Agencia Fides el P. Carlos del Valle, de la Sociedad del Verbo Divino (SVD), Rector del Pontificio Colegio San Pedro, entre los colegios pertenecientes a la familia del dicasterio vaticano de “Propaganda Fide”. El instituto acoge actualmente a 104 sacerdotes procedentes de África, Asia, Oceanía y América Latina, que realizan un ciclo de estudios teológicos en Roma.
“Mi papel como rector aquí es: formar evangelizando y también evangelizar formando. El primer objetivo es crear en el instituto un ambiente de fraternidad. Este colegio tiene la oportunidad de ofrecer un ambiente fraternal en la universalidad de la Iglesia, y en la catolicidad. Sacerdotes de 52 naciones del mundo están aquí con nosotros: es una experiencia de Iglesia que puede enriquecernos mucho”.
“Cuando llegan aquí, desde otros continentes, los sacerdotes suelen llegar con un poco de miedo. Intentamos establecer inmediatamente un clima de confianza mutua. Como rector tengo confianza en cada uno de ellos. En esta casa queremos que se respire el Evangelio, y ese Evangelio que habéis respirado aquí, les digo, estáis llamados a vivirlo y proclamarlo en vuestras Iglesias de origen”. El p. Carlos explica también que le impresionaron los sacerdotes, que al principio parecían tímidos y silenciosos, pero “después de años de estancia, resultan ser verdaderas joyas” en su dimensión humana, espiritual, pastoral y en el espíritu misionero.
Los orígenes del Colegio San Pedro se remontan a la previsión y visión del cardenal Celso Costantini (1876-1958). Como Delegado Apostólico en China, Costantini había percibido la necesidad de que las Iglesias jóvenes tuvieran un liderazgo cualificado. Por eso, como presidente de la “Obra Misional Pontificia de San Pedro Apóstol” (POSPA), puso en marcha un proyecto de fundación de un Colegio en Roma para acoger a jóvenes sacerdotes de países de misión. Antes, de hecho, sólo se recibía a los seminaristas en Roma (en el Colegio Urbano, fundado en 1627).
La POSPA fue fundada como “Obra de San Pedro Apóstol para el Clero Indígena” (1889) y en 1920 se convirtió en una “Obra Pontificia”, parte de la Congregación de Propaganda Fide.
El 22 de enero de 1946, el POSPA compró “Villa Casale” en Viale delle Mura Aurelie, en Roma, que se convirtió en la sede del Colegio. La administración fue confiada desde el principio a la Sociedad del Verbo Divino (SVD). El padre Franz Rosenbaum, misionero en China, fue el primer rector del Colegio (1946), mientras que las Hermanas Misioneras del Santísimo Sacramento se encargaron de la cocina, la lavandería y la sacristía.
En otoño de 1946 llegaron los primeros diez alumnos al Colegio y la erección canónica del mismo por parte de Propaganda Fide tuvo lugar el 18 de enero de 1947. Más tarde el Colegio se amplió con la construcción de la “Casa Vieja” y la Capilla. El altar mayor de la capilla fue consagrado el 3 de octubre de 1948 con las reliquias de los apóstoles Santiago el Mayor y Bartolomé y del mártir Aurelio.
A lo largo de los años, la familia del Colegio San Pedro siempre ha aumentado. Más de 2700 sacerdotes han sido admitidos como estudiantes, y muchos de ellos han llegado a ser obispos y cardenales.
El Papa Pablo VI, el 6 de enero de 1970, definió así el espíritu del instituto: “¿Qué es esta casa? ¿Cómo definir este Colegio? Tal vez no sea fácil decirlo. No es un hotel, donde entran extraños, y de donde salen extraños; no es una simple pensión, donde se encuentra alojamiento para otros fines, que no puede perseguir; no es simplemente una escuela, donde el alumno escucha y aprende con otros compañeros. Es algo más íntimo y más personal. Es un Colegio, que quiere producir una colegialidad, es decir, una comunión, una amistad, una fusión de espíritus, aquí iniciada y disfrutada en unidad; y luego ser recordada y revivida en años futuros, cuando estéis dispersos en el mundo, en la catolicidad”.
(MI-PA) (Agencia Fides 5/5/2021)



El Rector del Colegio San Pedro

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