AMERICA/MEXICO - "La mentalidad anticonceptiva y antinatalista que deriva de una mentalidad abortista, ha dado vida a una gran conjura contra la vida que afecta al desarrollo y crecimiento de nuestros jóvenes, al matrimonio y a la familia": conclusión del Seminario sobre Bioética

miércoles, 21 diciembre 2005

Cuernavaca (Agencia Fides) - "En esta hora de nuestro Continente, todos necesitamos la voz fuerte de nuestros Pastores que nos confirmen de forma precisa y firme en el valor de la vida humana y sus carácter inviolable . Si la Iglesia, al final del sigo pasado, no podía callar ante los abusos entonces existentes (contra los derechos del trabajador), menos puede callar hoy, cuando a las injusticias sociales del pasado, tristemente no superadas todavía, se añaden en tantas partes del mundo, injusticias y opresiones incluso más graves contra la vida de los niños no nacidos, de los débiles y enfermos", se lee en las conclusiones, publicadas recientemente, del Primer Seminario de la Iglesia y de la Sociedad Civil sobre "Bioética, Nuevas Tecnologías y su incidencia cultural", desarrollada del 3 al 5 de octubre en la ciudad de Cuernavaca. El encuentro había sido convocado por el Departamento de la Familia, Vida y Cultura del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
El documento señala las nuevas fronteras y desafíos que la Iglesia latinoamericana está llamada a afrontar. Entre las problemáticas más significativas, el documento cita: la sexualidad y la procreación humana, la vida en la fase prenatal, el neoeugenismo, la frontera del dominio del dolor y la muerte. Los temas de la sexualidad y la procreación representan numerosos desafíos pastorales, dificultades educativas y formativas, ya que “la mentalidad anticonceptiva y antinatalista que deriva en una mentalidad abortista, ha dado vida a una gran conjura contra la vida que afecta el desarrollo y crecimiento de nuestros jóvenes, el matrimonio y la familia. A esto se suman la ideología de género y las Tecnologías de Reproducción Artificial (TRA), que no respetan la dignidad de la procreación humana ". Hoy "es imperiosa la enseñanza y confirmación de una antropología plena y unitaria: Dios y Hombre, Cristo e Iglesia, cuerpo y espíritu, amor y vida, comunión varón - mujer.". Los debates y el relativismo sobre el inicio de la vida, la genética, la contracepción, la esterilización, el aborto, TRA, congelamiento de embriones, extracción de células estaminales, pone especialmente en peligro la vida del embrión, ya que "muchas veces la discusión a nivel filosófico, científico y legislativo acerca de la identidad y el estatuto del embrión humano, trata de negar la realidad de una vida humana individual propiamente dicha”.
Otro peligro es la llamada frontera del "neoeugenismo" consistente en una selección que se convierte en supresión de aquellos seres humanos que no son considerados idóneos a una vida digna de ser vivida. Lo mismo sucede con la llamada “reducción embrionaria o fetal que se compara con las prácticas nazis. Aunque esta comparación ha sido cuestionada, hay que reconocer que, contra todo principio de igualdad, mediante esa práctica, se suprimen seres humanos que no son considerados funcionales para la sociedad". Otro ataque frontal contra la vida viene de la "frontera del dominio del dolor y la muerte": crecen en el mundo los movimientos pro-eutanasia y se ejercen presiones sobre los parlamentos para su legalización. Por tanto, "es necesario, en el ámbito de la práctica pastoral, un compromiso para una formación de los profesionales de la salud acerca de la eutanasia, el encarnizamiento terapéutico, el uso de terapias proporcionadas, el respeto de la voluntad (libre y responsable) del paciente acerca de las terapias extraordinarias".
Los participantes en el Simposio denuncian además que algunos organismos e instituciones internacionales atentan al bien común de los países latinoamericanos, ya que "pretenden fijar agendas de políticas sanitarias, educativas, comerciales, poblacionales, biotecnológicas, medio ambientales, de investigación y de moral pública, sin respetar los intereses de nuestras naciones, dando espacio, en cambio, a los intereses foráneos". Se subraya por último, como urgente y necesaria una formación sistemática de todos los trabajadores pastorales sobre los temas relativos a la vida humana, la familia y la bioética, para ser capaces de dar testimonio eficaz de la Cultura de la Vida y colaborar en la formación de la conciencia del pueblo de Dios. (RZ) (Agencia Fides 21/12/2005, Líneas: 50 Palabras: 695)


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