ASIA/TURQUÍA - El Consejo de Estado pone el futuro de Ayasofya en manos de Erdogan

jueves, 2 julio 2020 oriente medio   iglesias orientales   ortodoxia   geopolítica   nacionalismos   sectarismo   islam   islam político  

Estambul (Agencia Fides) - El estado actual de Ayasofya como complejo museístico no utilizado para el culto religioso corresponde totalmente al marco legal actual, fundado en la decisión de 1934 con la cual el gobierno turco en ese momento transformó la antigua basílica cristiana por un tiempo usado como mezquita en un museo. Para cambiar este estado de cosas, es suficiente un decreto presidencial que declare anuladas las disposiciones sobre Ayasofya vigentes desde hace casi 86 años. Este es un resumen del pronunciamiento tan esperado que ha llegado hoy, jueves 2 de julio, desde el Consejo de Estado turco sobre la posibilidad - muy patrocinada por sectores políticos que ahora dominan en Turquía -, de reutilizar Ayasofya como un lugar de culto islámico.
La sesión del Consejo de Estado convocado para pronunciarse sobre este asunto delicado y espinoso con un fuerte impacto geopolítico - según informan fuentes locales a Fides -, ha durado menos de media hora y parece dejar en manos del presidente Recep Tayyip Erdogan la responsabilidad sobre el cambio del status quo actual, convirtiendo Ayasofya de nuevo en mezquita. Los miembros del Consejo de Estado, en su breve sesión, han confirmado la validez persistente del pronunciamiento anterior con el que el mismo organismo ya había rechazado la apelación presentada en 2004 por la llamada “Unión Turca de Monumentos Históricos” para solicitar abrir Ayasofya a manifestaciones de Oraciones musulmanas. Al mismo tiempo, el Consejo de Estado ha reconocido que una intervención directa de Erdogan sobre el tema controvertido, a través de un decreto presidencial ad hoc, puede cambiar el estado actual de las cosas y legitimar la reutilización de Ayasofya como un lugar de culto islámico. Harán falta al menos quince días para la publicación del pronunciamiento del Consejo de Estado turco con todas las motivaciones.
La basílica bizantina de Hagia Sophia se transformó en mezquita después de la caída de Constantinopla, y luego se convirtió en museo en 1935, a instancias de Mustafa Kemal Atatürk, primer presidente turco y fundador de la Turquía moderna. En los últimos años, y ahora a finales de mayo, manifestaciones de miles de personas habían llenado la gran plaza fuera del sitio para celebrar el aniversario de la conquista otomana de la ciudad y solicitar su reapertura como mezquita. Se esperaba que la intervención autorizada del Consejo de Estado turco fuera una señal útil para descifrar si en un futuro cercano las presiones establecidas por estos sectores políticos y sociales turcos, que en los últimos tiempos parecen haber encontrado una atención y un apoyo cada vez mayores, también pueden encontrar apoyo de parte de Erdogan. Según reconstrucciones señaladas también por la Agencia Fides (véase Fides 6/6/2020), el mismo Presidente turco habría dado instrucciones para comenzar el proceso legal destinado a cambiar el estado del complejo monumental Ayasofya, para poder celebrar nuevamente los rituales religiosos islámicos en ese lugar. La historia también adquiere connotaciones geopolíticas obvias: el miércoles 1 de julio, según informes de numerosas agencias internacionales, el secretario de Estado de EE. UU. Mike Pompeo supuestamente pidió a Erdogan que no transformara Ayasofya en una mezquita, para no comprometer el valor histórico del monumento. El 30 de junio, durante la homilía de la liturgia divina dedicada a los Santos Apóstoles (véase Fides 1/7/2020), Bartolomé I, Patriarca Ecuménico de Constantinopla, subrayó con alarma que la posible conversión del complejo monumental de Ayasofya en una mezquita en Estambul “empujará a millones de cristianos de todo el mundo contra el islam”. (GV) (Agencia Fides 2/7/2020).


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