ÁFRICA/NIGER - Un misionero: "Me voy de Níger, pero no olvido al padre Maccalli: la misión continúa bajo la marca de la cruz"

sábado, 13 junio 2020 secuestro   violencia   misioneros   misión   institutos misioneros  

Bomoanga (Agencia Fides) - “Me marcho definitivamente de Níger, pero en tiempos de coronavirus es difícil viajar; y me llevo en el corazón un equipaje muy pesado, compuesto de preguntas y ausencias, como la del padre Gigi Maccalli, pero también de esperanzas", escribe a la Agencia Fides el padre Vito Girotto, sacerdote de la Sociedad de Misiones Africanas, hermano de comunidad del padre Pierluigi Maccalli, secuestrado en la misión de Bomoanga hace 21 meses. “Quienes sabe de mi marcha de este país, donde he realizado mi misión junto con el padre Gigi, me preguntan: '¿Por qué te vas cuando el padre Pier Luigi todavía sigue prisionero en África?’ Algunos me piden que espere hasta que liberen a nuestro padre, para poder celebrar una gran fiesta y luego marcharnos juntos. Seguimos rezando: Dios es grande y nosotros nos encomendamos a Él ".
El misionero, en vísperas de su partida de Níger, describe los rostros de las personas, las imágenes de los 10 años pasados en este país del Sahel, los proyectos realizados juntos, las reuniones de programación para las muchas actividades pastorales y humanitarias, las fiestas vividas juntos en alegría y en colaboración con el p. Gigi Maccalli: “Continuamente regresan a mi corazón en estos días en los que me preparo para dejar físicamente esta tierra de arena que ha entrado en cada grieta de mi ser. Ahora la misión está en la cruz, y la cruz que estaba en la colina de Bomoanga, arrancada del pedestal (véase Agencia Fides 28/05/2020) y por lo tanto ya no es visible para aquellos que estaban acostumbrados a verla desde lejos, me recuerda a mi querido amigo y hermano, que lleva una pesada y escondida, debido a la violencia sufrida, en el desierto del Sahara".
El p. Girotto agrega: “Las semillas del Evangelio siempre encuentran trocitos de buena tierra, donde las zarzas y las espinas no pueden evitar que broten y den fruto, incluso si el sembrador está lejos. Él siempre está cercano con la constancia y la esperanza de que el sudor de su trabajo y de sus pruebas no se perderán. Hoy podemos decir que el secuestro que tuvo lugar hace veintiún meses no es una derrota: es el sello de la misión que continúa con la marca de la cruz. Y la cruz de la misión siempre sale victoriosa, a pesar de las apariencias y las creencias humanas. La oración que Gigi está haciendo, junto con la nuestra y la de muchos amigos, dispersos por todo el mundo, nos da esperanza y alegría de encontrarlo pronto, ahora que sabemos que está vivo", concluye.
(VG/AP) (Agencia Fides 13/6/2020)


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