VATICANO - El Santo Padre Benedicto XVI comenta el Salmo 136: "Esta sentida invocación al Señor para que libere a sus fieles de la esclavitud de Babilonia expresa también sentimientos de esperanza y de espera en la salvación con los que hemos comenzado el camino del Adviento" - Llamamiento con ocasión de la Jornada Mundial contra el Sida

jueves, 1 diciembre 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - La tragedia vivida por el pueblo hebreo durante la destrucción de Jerusalén y la deportación a Babilonia, evocados en el Salmo 136 ("En los ríos de Babilonia"); Vísperas del martes de la IV Semana; Lectura: Sal 136,1-2.4-6, ha sido el tema de la catequesis que ha tenido el Santo Padre Benedicto XVI durante la audiencia general en la plaza de San Pietro, el miércoles 30 de noviembre.
“Nos encontramos ante un canto nacional de dolor, caracterizado por una seca nostalgia de lo que se perdió”. - ha explicado el Papa en su discurso -. Esta sentida invocación al Señor para que libere a sus fieles de la esclavitud de Babilonia expresa también sentimientos de esperanza y de espera en la salvación con los que hemos comenzado el camino del Adviento".
La primera parte del Salmo presenta la tierra del destierro, sede de los deportados hebreos. "es como una anticipación simbólica de los campos de exterminio en los que el pueblo judío, en el siglo que acabamos de concluir, fue conducido hacia una operación infame de muerte- ha subrayado Benedicto XVI -, que ha quedado como una vergüenza indeleble en la historia de la humanidad". Por el contrario, la segunda parte del Salmo está "llena del recuerdo amoroso de Sión, la ciudad perdida, pero que sigue estando viva en el corazón de los deportados.". El agudo dolor por la tierra nativa impide cada expresión de alegría. "Dios, que es el árbitro último de la historia, sabrá comprender y también acoger según su justicia el grito de las víctimas, más allá de los acentos ásperos que a veces ello asume."
El Santo Padre ha citado después a San Agustín que, comentando este Salmo (Exposiciones sobre los Salmos, Comentarios a los Salmos 136,1-2) afirma "que también entre los perseguidores, entre los no creyentes, hay personas… con una especie de fe, de esperanza, en la medida en que les es posible en las circunstancias en las que viven. Con esta fe en una realidad desconocida, están realmente en camino hacia la auténtica Jerusalén, hacia Cristo". Y ha concluido invitando a pedir al Señor para que despierte en todos " este deseo, esta apertura hacia Dios, y que también los que no conocen a Cristo puedan quedar tocados por su amor, de manera que todos juntos peregrinemos hacia la Ciudad definitiva y la luz de esta Ciudad pueda brillar también en nuestro tiempo y en nuestro mundo".
Al término de los saludos en las diversas lenguas a los peregrinos presentes en la audiencia, el Santo Padre ha lanzado un llamamiento con ocasión de la Jornada Mundial contra el Sida: "Mañana 1° de diciembre se celebra la Jornada Mundial contra el SIDA, una iniciativa de las Naciones Unidas, que pretende llamar la atención ante el flagelo del SIDA, e invitar a la comunidad internacional a un renovado compromiso en la labor de prevención y en la asistencia solidaria a los que están afectados por esta enfermedad. Las cifras difundidas al respecto son alarmantes!" Siguiendo de cerca el ejemplo de Cristo, la Iglesia siempre ha considerado la curación de los enfermos una parte integrante de su misión. Aliento, por tanto, las numerosas iniciativas promovidas, de modo especial las de las comunidades eclesiales, para eliminar esta enfermedad, y aseguro mi apoyo a los enfermos de SIDA y a sus familias, invocando para ellos la ayuda y el consuelo del Señor”. (S.L) (Agencia Fides 1/12/2005, Líneas: Palabras:


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