VATICANO - El Card. Crescenzio Sepe celebra la fiesta de San Andrés en el Seminario mayor de Hanoi. Recomienda a los seminaristas la importancia de la formación y de adquirir “un corazón y una mentalidad misionera"

miércoles, 30 noviembre 2005

Hanoi (Agencia Fides) - En la capilla del Seminario mayor de Hanoi el Card. Crescenzio Sepe, Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, ha celebrado esta mañana la fiesta de San Andrés, uno de los primeros apóstoles llamado por Jesús. Comentando la historia de la vocación de Andrés y de los otros Apóstoles, el Card. Sepe ha dicho a los seminaristas: “Todos nosotros aquí reunidos hemos recibido una vocación, hemos escuchado la llamada de Jesús a seguirlo, a conocerlo y a reconocerlo como fuente de vida. A todos se nos invita a entrar en intimidad con Él, a tener con Él una relación personal… hemos recibido la invitación de poner a Cristo en el centro de nuestra existencia". Después el Prefecto del Dicasterio Misionero ha subrayado la importancia de la fidelidad a la propia vocación: "amar a Dios en nuestro trabajo, en nuestros estudios, en las alegrías y en los dolores de la vida, rechazando firmemente todo lo que podría de algún modo alejarnos de Jesús". La fidelidad se construye sobre la humildad, la prudencia, la sinceridad, la caridad y la fraternidad, con el espíritu de mortificación y oración.
"El Señor exige de nosotros un corazón puro, desapegado, alegre, generoso, enamorado de Él, de su Palabra, de su vida" ha continuado el Cardenal, evidenciando como es precisamente el amor a Dios el que empuja a los jóvenes seminaristas a dedicar tiempo, corazón y capacidades intelectuales para prepararse a llegar a ser "pescadores de hombres", capaces de llevar a Dios y a la Iglesia el mayor número posible de hombres y mujeres. "La formación intelectual, humana, espiritual, pastoral, misionera en el Seminario tiene como objetivo de hacer de vosotros buenos evangelizador y pastores" ha continuado el Prefecto del Dicasterio misionero, recomendando a los seminaristas: "Tened una conciencia misionera y pastoral muy clara y profunda, que os haga capaces y dispuestos a comprometeros a anunciar a Jesucristo a los muchos no cristianos de Vietnam que no conocen todavía a Jesús y su Evangelio". Por último, subrayando la misión que les esperan, el Cardenal ha continuado recordando a los futuros sacerdotes que, aún siendo enviados por los correspondientes Obispos, en nombre de la Iglesia, ellos pertenecen a la Iglesia universal, y por lo tanto, deben "estar en comunión de amor, de obediencia, con el Sumo Pontífice, con los Obispos y con todos los sacerdotes."
Después de la Misa, el Cardenal Sepe se reunió de nuevo con seminaristas, profesores y formadores del Seminario, y subrayó la importancia de la formación humana y espiritual de los futuros sacerdotes, deteniéndose a ilustrar la naturaleza y la misión del sacerdocio ministerial. Desde el momento en que "el sacerdote está llamado a prolongar la presencia de Cristo, único y supremo Pastor", se debe buscar en la oración cotidiana y en la meditación una visión exacta de la vocación y del sacerdocio, evitando el error "de considerar la vocación sacerdotal como una promoción social y cultural". El período del Seminario, si se vive bien, prepara a los futuros sacerdotes a entrar en la comunidad presbiteral: el sacerdocio por lo tanto, lleva a estar al servicio y para la construcción "de una Iglesia que es comunión para ser misión."
El Card. Sepe concluyó su discurso recordando a los seminaristas la urgencia de la misión: pueblos enteros e importantes espacios culturales esperan ser evangelizados, y también en Vietnam son muchos los que todavía no conocen a Cristo: "Un corazón y una mentalidad misionera son por lo tanto, de los objetivos más importantes de vuestra formación". (S.L) (Agencia Fides 30/11/2005, Líneas: 43 Palabras: 623)


Compartir: