ASIA/CHINA - Petición de los católicos chinos para construir un museo que conmemore la figura de Matteo Ricci, en el jardín del cementerio dónde reposa el gran misionero Jesuita

lunes, 21 noviembre 2005

Pekín (Agencia Fides) - La contribución del gran misionero Jesuita p. Matteo Ricci en el intercambio cultural y religioso entre Oriente y Occidente es universalmente reconocida por historiadores, científicos, teólogos, estudiosos de todas las disciplinas. Hoy su cementerio donde está enterrado el misionero en Pekín, es un lugar de encuentro del valor religioso, cultural y político, ya que son numerosos los visitantes extranjeros, religiosos, diplomáticos que van a honrar sus restos mortales. También los estudiantes que frecuentan las escuelas públicas chinas deberían conocer la historia de este personaje, tan importante por el puente que levantó entre "los dos mundos", oriente y occidente.
Este y otros motivos son presentados en la petición formulada por un nutrido grupo de católicos chinos que piden a los líderes religiosos y al gobierno de Pekín que construya un museo para conmemorar la figura de Matteo Ricci, dentro del jardín del cementerio dónde reposa el misionero. En el lugar hay en la actualidad muchos edificios, y no lejos también están las lápidas de los diferentes Jesuitas que están enterrados en Pekín.
Matteo Ricci nació el 6 de octubre de 1552 de familia noble en Macerata en Italia. Entró en el Noviciado de la Compañía de Jesús en 1571. Partió para India en 1577 y llegó a ser sacerdote el 25 de julio de 1580. Llegó a Macao en 1582 y, por querer de sus Superiores, llegó hasta Pekín en 1601, llevando dones para los emperadores chinos. El 11 mayo de 1610 murió en Pekín. Por primera vez en la historia china, el emperador honró a un extranjero con una solemne ceremonia de sepultura. Durante su permanencia en China, Ricci, gracias a su buena relación con el emperador, pudo construir numerosas iglesias y conventos, y evangelizar a la población local.
Su contribución también fue de alto valor científico: tradujo al chino muchas obras sobre la fe, ciencia y filosofía occidental y viceversa. Según los estudiosos, Ricci fue un "pionero de la inculturación”: uno de los pocos misioneros que adquirió una auténtica sensibilidad china, en el respeto de la cultura local y en el deseo de hacer misión en China. (Agencia Fides 21/11/2005 Líneas: 27 Palabras: 381)


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