EUROPA/ITALIA - "La Iglesia está llamada a continuar hoy aquella gran obra de discernimiento y orientación profética que el Vaticano II ha sabido realizar tan fructuosamente": los Obispos italianos entregan a los jóvenes su Mensaje por el 40° aniversario del Concilio

jueves, 17 noviembre 2005

Asís (Agencia Fides) - "Sentimos el deber de entregar de nuevo el patrimonio del Concilio a nuestras comunidades cristianas, sobre todo a los jóvenes. Es grande en todos nosotros el deseo de que el camino hacia la comunión con Dios - amor infinito - y hacia la comunión entre los hombres se renueve con nuevas energías. Os confiamos ahora a vosotros, jóvenes, está misión”. Es un pasaje del Mensaje que, los Obispos italianos, reunidos en Asís con motivo de la asamblea general de la Conferencia Episcopal italiana, han enviado con ocasión del 40° aniversario de la conclusión del Concilio Vaticano II. En el curso de la celebración de las Vísperas en la iglesia de San Rufino, se entregó el Mensaje a dieciséis jóvenes, representantes de las nuevas generaciones.
“seguimos llevando en el corazón los deseos, las expectativas y las esperanzas que el Concilio suscitó en nosotros" escriben los Obispos, subrayando como "la recepción del Concilio, esto es, su asimilación y realización concreta en la vida y en la misión de la Iglesia, ha sido y es una obra compleja y a menudo difícil; pero los frutos positivos son en todo caso muy grandes y bastante más relevantes que las dificultades". Refiriéndose en particular a la renovación conciliar en Italia, los Obispos afirman que “ha incidido de manera profunda en el rostro y en la realidad de nuestras Iglesias, y también en los modos y formas de la presencia cristiana en la vida del País: aunque no ha sido posible frenar los procesos de secularización y por desgracia, de descristianización, la renovación conciliar ha ayudado indudablemente a comprender las raíces de estos fenómenos y sobre todo, ha estimulado una respuesta pastoral y cultural, en clave de misión y de evangelización."
El Mensaje vuelve a recordar las cuatro Constituciones del Concilio: "El hombre no está solo, destinado a vivir en la fría inmensidad del universo, sino que es llamado por una palabra amiga a responder a una llamada y a construir juntos un mundo digno del hombre y de Dios" (Dei Verbum); "El misterio de Cristo no pertenece solamente al pasado como acontecimiento histórico, sino que está vivo, presente y eficaz como acción de salvación de Dios. Por ello, la Iglesia a través de los siglos no deja nunca de celebrar la liturgia" (Sacrosanctum Concilium); "Hecha de hombres con sus dotes y sus límites, la Iglesia es don de Dios, en medio del mundo, llena del Espíritu del Resucitado, construida como comunión de fe y amor para estar en el mundo como signo e instrumento de unidad" (Lumen Gentium); "La Iglesia vive en la historia al servicio de la salvación para la gloria de Dios: de aquí mana la inspiración de la constitución pastoral del Concilio Gaudium et spes, que ofrece una mirada confiada sobre el panorama de la existencia humana para tomar de las culturas el anhelo de la unidad y de la comunión, para valorar bien todo indicio de bien, para multiplicar las experiencias de donación, de amor". (S.L) (Agencia Fides 17/11/2005 - Líneas: 37 palabras: 539)


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