AMERICA/PERU - El Año de la Eucaristía no se concluye, sino que se abre ante nosotros "para lanzarnos con ardor a una nueva evangelización: ser almas eucarísticas, ser familias eucarísticas, ser una sociedad eucarística" afirma al Cardenal Juan Luis Cipriani

martes, 15 noviembre 2005

Lima (Agencia Fides) - El Año Eucarístico no "es un año que se concluye y basta, sino que es un año que se abre ante nosotros para lanzarnos con ardor a una nueva evangelización: ser almas eucarísticas, ser familias eucarísticas, ser una sociedad eucarística". Recomienda el Card. Juan Luis Cipriani, Arzobispo de Lima, en la Solemne Misa de conclusión del Año de la Eucaristía en la capital peruana, ante una multitud de fieles reunidos en la Catedral.
El Cardenal ha recordado que la Eucaristía es el núcleo del misterio de la Iglesia, porque allí está contenido todo el bien espiritual de la Iglesia y en ella el propio Cristo nos da la vida, por medio del Espíritu Santo. En cada Eucaristía se renueva la redención, el mundo cambia, surge la nueva alianza. Después el Card. Cipriani ha exhortado fuertemente "a recuperar el domingo como Día del Señor, día para compartir la fe", y ha solicitado no seguir la cultura de muerte, de la violencia, de las tragedias, de la infidelidad, sino mirar el alba de un mundo sediento de espiritualidad: "Aunque surgen voces de crecimiento y desarrollo, el mundo muchas veces está triste, porque está sediento de espiritualidad, oración, meditación de la Palabra de Dios". El mundo espera con dolores del parto, la proclamación de la Buena Nueva. Luego el arzobispo de Lima ha invitado a abandonar esa dimensión chata del dinero, de la pelea, de la intriga: Elevemos el espíritu a ese gozo de ser hijos de Dios y hermanos en Cristo pues todo esto, es parte de ese modo de ser Eucarístico". Después ha añadido, "os pido esa coherencia en la vida diaria, que se perciba en nuestros actos”.
El Card. Cipriani ha recordado después, que en este Año de la Eucaristía, muchas parroquias y comunidades religiosas han redescubierto la adoración Eucarística. En efecto en más que 40 iglesias se ha expuesto regularmente el Santísimo Sacramento. Otros frutos señalados por el Purpurado han sido el crecimiento de las vocaciones y el mayor número de personas que han participado en la Misa dominical. Por último ha lanzado una ulterior invitación a orientar toda iniciativa a una mayor interioridad y a aspirar a las metas más altas, es decir, a enamorarse de la Eucaristía, de modo que cada parroquia se convierte en un fuego de luz y esperanza. (RZ) (Agencia Fides 15/11/2005, Líneas: 29 Palabras: 428)


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