Madrid (Agencia Fides) - “La Iglesia y misión: una relación fructífera” fue el tema del acto académico que tuvo lugar esta mañana en la Universidad San Damaso de Madrid, organizado por la Cátedra de Misionología de la Facultad de Teología. El arzobispo Giampietro Dal Toso, presidente de las Obras Misionales Pontificias, habló sobre el tema, presentado por el Decano de la Facultad de Teología, el profesor Gabriel Richi Alberti, y por el Coordinador de la Cátedra de Misionología, el profesor Juan Carlos Carvajal Blanco.
La iniciativa fue promovida por la Dirección Nacional de las Obras Misionales Pontificias, en vista de la celebración del Mes Misionero Extraordinario de octubre de 2019. “Siento la necesidad de expresar toda nuestra gratitud al Papa Francisco - dijo el Arzobispo al principio de su exposición-, que quería que este mes extraordinario estimulara la conciencia misionera de la Iglesia, es decir, su llamada a llegar a todos los pueblos para llevar el anuncio de que la salvación de todo hombre se encuentra en Cristo resucitado”. A continuación destacó que “la necesidad de despertar el ardor misionero hoy es evidente” y si tenemos la impresión de que el mundo misionero está atravesando un período de crisis, debido a causas internas y externas, no debemos olvidar que “de estas crisis nacen nuevas formas de misión, porque Dios no se olvida de su Iglesia y siempre la ayuda a enfrentar los desafíos que cada edad presenta”.
El Arzobispo centró su discurso “en el aspecto eclesiológico de la misión y, en particular, en la tesis de que, por su naturaleza, la misión es eclesial”. Monseñor Dal Toso introdujo el tema de la naturaleza sacramental de la Iglesia citando las diferentes imágenes que ofrece la Constitución conciliar Lumen Gentium, que después de haber reafirmado el mandato misionero de Cristo, dice: “la Iglesia es, en Cristo, de alguna manera sacramento, es decir, el signo y el instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de toda el género humano”. “Esta famosa definición subraya la profunda conexión entre la obra de Cristo y la obra de la Iglesia, en una dimensión sacramental”, insistió el arzobispo. El Presidente de las Obras Misionales Pontificias ha desarrollado tres temas: la Iglesia, objeto de misión; la fe de la Iglesia como contenido de la misión; y la formación de la Iglesia como objetivo de la misión.
Finalmente, el Arzobispo destacó la importancia de asegurar que “la fe cristiana sea una fe encarnada, en un estado permanente de misión” y concluyó: “Tal vez para algunos pueda parecer una reflexión obvia, sin embargo, me parece cada vez más importante regresar a estos fundamentos frente a la tentación de diluir la fe en el Dios cristiano en un vago sentido religioso y reducir la pertenencia eclesial a un nombre corporativo. Estoy convencido de que la fidelidad al diseño del Dios trinitario y la fidelidad al hombre exigen que seamos fieles a Cristo y fieles a su Iglesia”.
(SL) (Agencia Fides 14/05/2019)