VATICANO - El cardenal Filoni: “El viaje del Papa a la Península Arábiga es un signo de esperanza"

viernes, 1 febrero 2019 diálogo   política   evangelización   cristianismo   fe   minorías religiosas  

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) – “La visita del Papa puede ayudar a promover el diálogo islámico-cristiano. Pero hay que decir que no empezamos de cero y muchas veces solo se resaltan los aspectos más problemáticos o negativos. La base ya existe, podemos avanzar: el hecho de que el Papa vaya por primera vez a la Península Arábiga es un signo muy positivo, un signo de esperanza”. Es lo que declara a la Agencia Fides el cardenal Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, el dicasterio del Vaticano que tiene jurisdicción sobre los Vicariatos apostólicos en la Península Arábiga y en todas las comunidades católicas de la zona.

El Papa Francisco va a la península de Arabia: ¿qué situación encontrará, cómo es la vida de las comunidades cristianas locales?
Las comunidades católicas presentes en la Península Arábiga se organizan en macrorregiones eclesiásticas: el Vicariato Apostólico del Norte de Arabia, que incluye Arabia Saudita, Bahrein, Qatar y Kuwait; y el Vicariato Apostólico de Arabia Meridional, que comprende los Emiratos Árabes Unidos, Omán y Yemen. En toda la península, con una gran mayoría islámica, la presencia cristiana comenzó con las antiguas comunidades del rito oriental asentadas a lo largo de las costas del Golfo Pérsico, que luego se expandieron por todo Oriente Medio. Hoy en día, la presencia de cristianos en la península árabe está vinculada a los migrantes: no hay comunidades locales, hay solo algunos cristianos árabes.

¿Cómo se desarrolla la vida de la Iglesia en la región?
La actividad de la Iglesia católica se desarrolla, a nivel pastoral, con los migrantes que viven junto a la comunidad que profesa la fe islámica. Incluso en un contexto cultural bastante homogéneo, en cada una de las diferentes naciones de la región hay peculiaridades: en algunos estados, como en los Emiratos Árabes y en Bahrein, hay una mayor tolerancia y apertura hacia los creyentes en Cristo, mientras que en otros países hay un control más estricto y a veces , por la legislación vigente, la fe cristiana está penalizada; en otros casos prácticamente se prohíbe por la acción de grupos extremistas y violentos.
Los Emiratos Árabes celebran el año de la Tolerancia en 2019 y la libertad de culto está ampliamente garantizada. ¿Pueden ser un ejemplo para los países de la zona?
El Año de la tolerancia decretado en los Emiratos puede ser un ejemplo y un importante punto de partida para toda la región. El primer paso de la convivencia civil es no pelearse, respetarse y tolerarse mutuamente. La tolerancia es el primer paso pero no es el objetivo final, que es el reconocimiento pleno de los derechos fundamentales de todos: la dignidad humana, los derechos sociales, civiles y religiosos. Para ello debemos esforzarnos, avanzando en pequeños pasos, de acuerdo con el diseño providencial de Dios, teniendo en cuenta las realidades políticas, culturales y sociales de cada nación.

¿Puede describir en particular la situación en los Emiratos Árabes Unidos?
En los Emiratos Árabes Unidos la presencia cristiana tiene cierta consistencia. Hay uno 800.000 católicos (filipinos, indios, pakistaníes, esrilanqueses, bangladesíes y otras nacionalidades) y los mismos fieles católicos se diversifican en comunidades de rito latino, malabar, malankar y greco-católico. Es el Vicariato Apostólico del Sur donde la Iglesia busca asegurar a todos los fieles un servicio pastoral adecuado y de culto gracias a la presencia de sacerdotes y religiosos. El Vicariato está muy bien organizado en las diversas articulaciones de los órganos eclesiales, con la presencia de varias iglesias y las liturgias registran una participación masiva y animada de los fieles. El Gobierno de los Emiratos permite a la Iglesia administrar escuelas y es posible llevar a cabo un servicio educativo en beneficio de los niños y jóvenes que pertenecen a las mismas familias migrantes. Cabe señalar que las escuelas (11 instituciones educativas en total) no son escuelas confesionales, sino que están abiertas a todos que son, en su mayoría a estudiantes no cristianos. Aquí ya existe una cierta integración, no hay proselitismo, no se enseña la religión pero se vive la convivencia pacífica, y se promueven, se viven y se enseñan los valores fundamentales del respeto y la dignidad humana. El servicio de la educación es esencial y es un servicio al bien común.

¿Cómo es la situación en el Vicariato del Norte, que incluye Arabia Saudita?
En el Vicariato del Norte, donde viven 2.5 millones de católicos, hay una composición bastante variada. En Kuwait hay cristianos de diferentes ritos, mientras que en Arabia Saudita no tenemos lugares de culto o comunidades reconocidas. Sin embargo, debe observarse que incluso aquí existe una cierta tolerancia hacia los cristianos, especialmente en el lugar de trabajo, donde hay trabajadores bautizados. Aquí se lleva a cabo una manera prudente y reservada, sin ostentación, una actividad espiritual mínima que el gobierno conoce y no impide, siempre y cuando no haya elementos que perturben la vida social y civil. Es bien sabido que Arabia Saudita es considerada la cuna del Islam y, por lo tanto, “tierra sagrada”. Pero, cuando los inmigrantes son recibidos es necesario respetar su dignidad, sus derechos y libertades fundamentales, también de las de conciencia y fe. En este sentido, se puede abrir una perspectiva para desarrollar un camino en nombre de la tolerancia que es el primer paso para la convivencia. Arabia Saudita es miembro de pleno derecho en los foros, reuniones, congresos y actividades de la ONU y tiene vínculos económicos y políticos con muchas naciones de todo el mundo. Si hay respeto y se establecen relaciones amistosas en estos contextos, creo que este mismo paradigma también se puede contemplar a nivel religioso como una forma de avanzar en el futuro. Sin ninguna contraposición, pero con una relación sobre la base del respeto mutuo, incluso dentro de la realidad actual del país.

¿La visita del Papa también tendrá un significado también para las relaciones con Arabia Saudita?
Esperamos que sea así. En 2017, el Santo Padre Francisco recibió a una importante delegación saudí en el Vaticano y en la reunión se habló de un esfuerzo común por la paz y la convivencia. También se debe mencionar el histórico encuentro entre el rey Abdullah bin Abdulaziz Al Saud y el Papa Benedicto XVI celebrado en 2007, bajo la bandera de la comprensión y el diálogo entre las religiones y las civilizaciones. La Santa Sede ya goza de buenas relaciones con representantes de diferentes países de la región. Estamos dentro de un viaje: este viaje es una etapa que puede comenzar otra etapa en la carretera. Depende de cada uno de nosotros hacer nuestra parte. La convivencia pacífica es posible aquí en Occidente, pero también en Arabia, donde los trabajadores cristianos contribuyen al bien económico y social del país y dan testimonio de respeto, paz y benevolencia.

¿Puede el viaje contribuir al diálogo islámico-cristiano?
La visita del Papa sin duda ayudará a promover el diálogo. Pero hay que decir que no empezamos de cero y muchas veces solo se resaltan los aspectos más problemáticos o negativos. En el Islam, los cristianos y los judíos son las “religiones del libro” y, por lo tanto, el diálogo interreligioso comienza desde una base real. Muchos elementos de la fe cristiana e islámica tienen elementos en común como la unicidad de Dios, la paternidad de Abraham, la oración, el ayuno, la caridad y la peregrinación. Sin olvidar el respeto por Jesucristo, visto como el Hijo de Dios y como un gran profeta; o el amor a María, su madre, a quien las mujeres musulmanas invocan a menudo cuando se preparan para el parto. Durante siglos, cristianos y musulmanes han vivido en paz, y estos elementos deberían fortalecerse hoy gracias a una política correcta. La base ya existe, podemos avanzar: el hecho de que el Papa vaya por primera vez a la Península Arábiga es un signo muy positivo, un signo de esperanza.
(PA) (Agencia Fides 1/2/2019)


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