VATICANO - "Migraciones: signo de los tiempos", tema del Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI para la 92 Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado que se celebrará el 15 de enero del 2006

viernes, 28 octubre 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "Entre los signos de los tiempos reconocibles hoy se pueden incluir seguramente las migraciones, un fenómeno que a lo largo del siglo recién concluido asumió una configuración, por decirlo así, estructural, transformándose en una característica importante del mercado del trabajo a nivel mundial, como consecuencia, entre otras cosas, del fuerte impulso ejercido por la globalización". Es un trozo del Mensaje del Santo Padre Benedicto XVI dado a conocer hoy, para la próxima Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado, que se celebrará el 15 de enero del 2006. El Mensaje subraya los diversos componentes del fenómeno migratorio (migraciones interiores e internacionales, forzadas y voluntarias, legales e irregulares, sometidas a la llaga del tráfico de seres humanos, sin olvidar los estudiantes extranjeros) y una característica que se ha agudizado últimamente: la presencia cada vez mayor de mujeres.
"En el pasado, quienes emigraban eran sobre todo los hombres, aunque no faltaban nunca las mujeres; sin embargo, entonces ellas emigraban sobre todo para acompañar a sus respectivos maridos o padres, o para reunirse con ellos donde se encontraban ya. Hoy, aun siendo todavía numerosas esas situaciones, la emigración femenina tiende a ser cada vez más autónoma: la mujer cruza por sí misma los confines de su patria en busca de un empleo en el País de destino. Más aún, en ocasiones, la mujer emigrante se ha convertido en la principal fuente de ingresos para su familia". El Santo Padre recuerda en particular como la mujer es el sector más vulnerable entre los trabajadores emigrantes y "los cristianos están llamados a manifestar su compromiso en favor del trato justo a la mujer emigrante, del respeto a su feminidad y del reconocimiento de sus derechos iguales".
También el torpe tráfico de seres humanos concierne sobre todo a las mujeres "que con frecuencia no albergan ni la más mínima sospecha de lo que deberán afrontar luego. En algunos casos, hay mujeres y muchachas que son destinadas a ser explotadas, en el trabajo, casi como esclavas, y a veces incluso en la industria del sexo… Aquí se halla todo un programa de redención y liberación, del que los cristianos no pueden desentenderse”. Refiriéndose a los que piden asilo y a los refugiados, Benedicto XVI subraya que es necesario interrogarse "sobre las razones que los han impulsado a huir de su País de origen", y la Iglesia está llamada a comprometerse en "este mundo de sufrimiento y violencia con esperanza, valentía, amor y creatividad de la caridad". El Mensaje recuerda por último, el fenómeno de los estudiantes extranjeros. "Su número, también gracias a los «intercambios» entre las diversas Universidades, especialmente en Europa, registra un aumento constante, con los consiguientes problemas, también pastorales, que la Iglesia no puede descuidar. Esto vale de modo especial para los estudiantes procedentes de los Países en vías de desarrollo, para los cuales la experiencia universitaria puede constituir una ocasión extraordinaria de enriquecimiento espiritual". (S.L) (Agencia Fides 28/10/2005 - Líneas: 38 palabras: 518)


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