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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - La Declaración conciliar "Nostra aetate", promulgada por el Papa Pablo VI hace cuarenta años, “ha abierto un nueva fue de relaciones con el pueblo hebreo y ha ofrecido las bases para un franco diálogo teológico": lo ha recordado el Santo Padre Benedicto XVI en el Mensaje enviado al Presidente de la Comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con el hebraísmo, el Card. Walter Kasper, con ocasión del 40° aniversario de la promulgación de la Declaración del Concilio Vaticano II.
En el Mensaje, el Pontífice subraya que el aniversario ofrece "razones suficientes para expresar gratitud a Dios omnipotente por el testimonio de todos los que, a pesar de una complicada y con frecuencia dolorosa historia, y especialmente después de la trágica experiencia de la Shoá, inspirada en una ideología neopagana racista, han trabajado con valentía por promover la reconciliación y fomentar la comprensión entre cristianos y judíos".
La Declaración ha invitado a superar prejuicios, incomprensiones y hostilidades del pasado entre Católicos y Judíos, promoviendo la comprensión y el respeto recíproco, cooperación y amistad. Además ha puesto en evidencia las raíces espirituales y la rica herencia de fe en el único Dios. Mirando estos cuarenta años "de fructuosos contactos entre la Iglesia y el pueblo Hebreo", el Santo Padre subraya la necesidad de renovar el compromiso por completar el trabajo que todavía queda por hacer y reafirma su firme determinación por este objetivo, expresada desde los primeros días de su Pontificado, y de modo particular, durante la reciente visita a la Sinagoga de Colonia. "Mirando hacia el futuro- concluye el Santo Padre - espero que tanto en el diálogo teológico como en la colaboración cotidiana los Cristianos y los Judíos ofrezcan un común testimonio cada vez más convincente del único Dios y de sus mandamientos". (S.L) (Agencia Fides 28/10/2005 - Líneas: 25 Palabras: 339)
