AMERICA/CHILE - El primer Santo chileno canonizado por Benedicto XVI: Alberto Hurtado, "un contemplativo en acción" que gastó su vida por los pobres, las vocaciones y la formación de los laicos

lunes, 24 octubre 2005

Santiago (Agencia Fides) - El P. Alberto Hurtado Cruchaga vivió apenas 15 años como sacerdote, pero fueron años de una fecunda labor espiritual y apostólica, expresión de su profundo amor personal por Cristo, dedicado sobre todo a los pobres y abandonados, con un gran celo por la formación de los laicos y un gran sentido de la justicia social cristiana. Beatificado por Juan Pablo II el 16 de octubre de 1994 y canonizado por Benedicto XVI el 23 de octubre, coincidiendo con la clausura del Año de la Eucaristía y la Jornada Misionera Mundial, es el primer santo chileno después de Santa Teresa de los Andes, canonizada en 1993.
Nació en Viña del Mar (Chile) el 22 de enero de 1901. A la edad de 4 años quedó huérfano de padre y Alberto y su hermano tuvieron que ir a vivir con otros parientes. De este modo experimentó desde pequeño la condición de los pobres sin casa y dependiendo de otros, experiencia que marcará su apostolado. Estudió en el Colegio de San Ignacio en Santiago. A los 16 años pide entrar en la Compañía de Jesús, pero dada la difícil situación económica de su madre, los jesuitas se lo desaconsejan. Por ello, ingresa en la Universidad Católica donde estudiará Derecho. En este periodo se dedica ya intensamente a los pobres a los que visita cada semana. Por fin el 14 de agosto de 1923 consiguió realizar su anhelo de entrar en la Compañía de Jesús y comienza un largo periodo de formación en Argentina, España para terminara en Lovaina (Bélgica). Es ordenado sacerdote en Bélgica el 24 de agosto de 1933 cuando tenía 32 años. En 1935 obtuvo el Doctorado en Pedagogía y Psicología y en 1936 regresó a Chile iniciando un intenso apostolado. Comenzó su actividad como profesor en el Colegio San Ignacio, en la Universidad Católica, en el Seminario Pontificio y en una escuela nocturna. También da muchas conferencias y retiros y dedicará gran parte de sus fuerzas a la formación y dirección espiritual de sus alumnos, contribuyendo de este modo a que muchos jóvenes respondieran a su vocación sacerdotal y a la formación de numerosos laicos cristianos comprometidos.
El P. Hurtado tuvo siempre un corazón muy sensible al dolor de los pobres y marginados y se sintió impulsado a luchar con todas sus fuerzas por anunciarles el mensaje de Cristo y cambiar su situación. Estos sentimientos constituyeron el germen de lo que será la gran obra del Padre Hurtado y por la que ha sido más conocido: ‘el Hogar de Cristo’. En octubre de 1944 mientras daba un retiro, sintió la imperiosa necesidad de hacer un llamamiento a la conciencia de sus auditores sobre las necesidades de los pobres de la ciudad y de tantos niños que viven en la calle. Esto despertó la generosidad de muchos y gracias a sus contribuciones se abrió la primera casa de acogida para niños. Su intención era devolver a esas personas su dignidad de hijos de Dios. Por eso, se preocupaba de que cada uno de los mendigos que entraba en el Hogar recibiese una atención cariñosa como si fuera el mismo Cristo. Por las noches era ya famosa su imagen en una camioneta verde para ir en busca de los niños y jóvenes vagabundos a los que llama e invita a ir al Hogar de Cristo. Estas casas se fueron multiplicando y adquiriendo nuevas formas y características. En 1947 fundó la Asociación Sindical Chilena (ASICH) con el objetivo de promover un sindicalismo inspirado en la Doctrina Social de la Iglesia y lograr así un orden social cristiano.
Pero su salud se va deteriorando rápidamente. El 19 de mayo de 1952 celebró su última misa. Ya no volverá a levantarse. Se le diagnostica un cáncer de páncreas y muere santamente 18 de agosto de 1952. Después de la muerte del P. Alberto Los Hogares de Cristo fueron extendiéndose rápidamente y ampliando su campo de acción. En 1955 se extendieron por todo Chile y en 1957 se fundan incluso filiales en otros países. En1964 se abre el primer Hogar para ancianos al que seguirán otros muchos. En 1973 se amplia también a enfermos terminales rechazados por los hospitales y en 1984 se comienza el trabajo con débiles mentales y menores con síndrome de Down. En 1993 se instituyó el 18 de agosto, día de la muerte del P. Hurtado, como día de la solidaridad de Chile. (R.G) (Agencia Fides 24/10/2005, Líneas: 50 Palabras: 765)


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