VATICANO - Carta de los Padres Sinodales a los Obispos chinos miembros de la XI Asamblea General Ordinaria ausentes en el aula sinodal

lunes, 24 octubre 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - Los Padres Sinodales participantes en la XI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en unión con el Papa Benedicto XVI, ha hecho llegar una carta a los cuatro Obispos chinos Miembros del Sínodo, ausentes de los trabajos sinodales. Reconducimos a continuación el texto integral de la carta, que está firmada por Su Exc. Mons. Nikola Eterovic, Secretario General del Sínodo de los Obispos, y los tres Presidentes Delegados: Su Em. el Card. Francis Arinze, Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos; Su Em. el Card. Juan Sandoval Íniguez, Arzobispo de Guadalajara; Su Em. el Card. Telesphore Placidus Cabezal, Arzobispo de Ranchi.

S.E.R Mons. Antonio Ellos Duan, Xi'an
S.E.R Mons. Luca Li Jingfeng, Fengsiang
S.E.R Mons. Aloysius Jin Luxian, S.I, Shanghai
S.E.R Mons. Giuseppe Wei Jingyi, Qiqihar
Ciudad del Vaticano, el 22 de octubre del 2005

" Queridísimos Hermanos en el Episcopado,
Nosotros, Padres Sinodales, participantes en esta Undécima Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en unión al Papa Benedicto XVI, deseamos haceros llegar nuestro fraterno y cordial saludo.
Vuestra ausencia de los trabajos sinodales ha causado profundo pena en nuestro ánimo. Nos hubiera gustado encontraros y escuchar de vuestra viva voz la historia de vuestra sufrida y fructuosa experiencia eclesial. Todo esto no ha sido posible, pero os aseguramos que vosotros y toda la Iglesia en China están particularmente presentes en nuestros corazones y en nuestras oraciones.
Como sabéis, el Misterio Eucarístico está al centro de nuestras reflexiones. Con este propósito, nos agrada destacar que, precisamente en la Eucaristía, fuente y cumbre de la vida y de la misión de la Iglesia, todos nosotros estamos en comunión con Cristo y con la Iglesia universal. Por todo ello, unidamente a Vosotros, alabamos al Padre eterno, dador de todo bien: que de Su corazón brote ese amor que se vierte en nosotros a través del Espíritu del Señor Resucitado, que hace de nosotros "un solo corazón y un sola alma" (Hch 4, 32).
En el Señor Jesús os deseamos que todas las comunidades eclesiales en China prosperen en la escucha de la Palabra, en la celebración del Misterio pascual y en el generoso servicio a los hermanos. Estos votos incluyen el auspicio ardiente de que se puedan encontrar pronto las vías que hagan todavía más visible la plena comunión. Encomendamos a María Santísima, Madre de la Iglesia, estos anhelos que están acompañados por la fervorosa oración de toda la Iglesia". (S.L) (Agencia Fides 24/10/2005, Líneas: 37 Palabras: 438)


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