EUROPA/LITUANIA - "Es impresionante ver los frutos de serenidad y alegría que produce la comunión frecuente, no solamente entre los enfermos, sino también en las familias y en toda la parroquia" afirma el P. Marco Mikalonis, joven sacerdote argentino, misionero en Lituania

miércoles, 19 octubre 2005

Pumpenai (Agencia Fides) - "Envío algunas breves noticias telegráficas desde Pumpenai, para seguir dando gracias a Dios: ¡el trabajo, con la gracia de Dios, sigue adelante!" escribe el P. Marco Mikalonis, joven sacerdote argentino del instituto del Verbo Encarnado (IVE), misionero en Pumpenai (Lituania), contando los primeros pasos de su experiencia misionera en tierra lituana. "Ayer - escribe el p. Marco - fui a visitar a los enfermos de la parroquia. Poco a poco crece el número de los que piden la visita del sacerdote. La gente continua teniendo la mentalidad de que si el sacerdote va a hacerle visita, es porque ya se encuentra sobre al borde de la muerte. Pero ahora, poco a poco, se están animando, y es impresionante ver los frutos de serenidad y alegría que produce la comunión frecuente, no solamente en los enfermos, sino también en su familia y en el resto de la parroquia. La mitad de la población vive en el país, la otra mitad en el campo. Yo trato de visitar a todos, una vez al mes. Es un apostolado que agota, cada vez es como una especie de "rally", con un poco de nieve o hielo que lo hace aun más interesante, pero se ven muchos frutos. Les invito a rezar en particular por la parroquia y los sacerdotes. Como la Madre Teresa de Calcuta, que quería tender una "cadena de caridad" alrededor del planeta, yo con mis enfermos estoy comenzando a hacerlo en la parroquia". (RZ) (Agencia Fides 19/10/2005, Líneas: 19 Palabras: 287)


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