VATICANO - El Santo Padre Benedicto XVI recuerda en el ángelus al Papa Juan Pablo II, "contemplativo y misionero": "En él hemos podido admirar la fuerza de la fe y de la oración y una total entrega a Maria Santísima, que siempre lo ha acompañado y protegido"

lunes, 17 octubre 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El 16 de octubre de 1978, hace exactamente veintisiete años, fue elegido el Arzobispo de Cracovia, Cardenal Karol Wojtyla, Sucesor de Pedro. La solemnidad ha sido subrayada por el Santo Padre Benedicto XVI durante la oración mariana del ángelus, del domingo 16 de octubre.
"Con Juan Pablo II inició uno de los pontificados más largos de la historia de la Iglesia - ha dicho Benedicto XVI -, durante el que un Papa, ‘venido de un país lejano’, fue reconocido como autoridad moral incluso por muchas personas no cristianas y no creyentes, como lo demostraron las conmovedoras manifestaciones de afecto con motivo de su enfermedad y de profundo pésame después de su muerte." La peregrinación que continúa yendo a su tumba es "un signo elocuente de hasta qué punto el querido Juan Pablo II ha entrado en el corazón de la gente, sobre todo por su testimonio de amor y de entrega en el sufrimiento. En él hemos podido admirar la fuerza de la fe y de la oración, y una total entrega a María Santísima, quien siempre le acompañó y protegió, especialmente en los momentos más difíciles y dramáticos de su vida”.
Benedicto XVI ha definido a Juan Pablo II "un Papa totalmente consagrado a Jesús a través de Maria": el Rosario que con tanta frecuencia tenía entre sus manos se ha convertido en una de los símbolos de su pontificado", a través de los medios de comunicación, "los fieles del mundo entero han podido muchas veces unirse a esta oración mariana y, gracias a su ejemplo y a sus enseñanzas, redescubrir en ella el auténtico sentido, contemplativo y cristológico… El Cristo que encontramos en el Evangelio y en los Sacramentos, lo contemplamos con Maria en los diversos momentos de su vida gracias a los misterios gozosos, luminosos, dolorosos y gloriosos. En la escuela de la Madre, aprendemos así a conformarnos con su Hijo divino y a anunciarlo con nuestra misma vida”.
"Contemplativo y misionero: así ha sido el querido Papa Juan Pablo II. Lo ha sido gracias a la íntima unión con Dios, diariamente alimentada de la Eucaristía y de prolongados tiempos de oración." Por último, Benedicto XVI ha invitado a renovar la acción de gracias a Dios "por haber donado a la Iglesia y al mundo un sucesor tan digno del apóstol Pedro", invocando a la Virgen Maria para que nos ayude "a tener en cuenta su valiosa herencia". (S.L) (Agencia Fides 17/10/2005; Líneas: 30 Palabras: 454)


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