VATICANO - El Arzobispo Rugambwa en Namibia: “El nombramiento de un obispo es un signo del amor de Dios”

sábado, 12 mayo 2018

Keetmanshoop (Agencia Fides) – “El nombramiento de un obispo es un signo del amor de Dios por su pueblo. Para la iglesia, y en particular para la diócesis de Keetmanshoop, Dios realiza la promesa que ha hecho a su pueblo, Israel: te daré pastores según mi corazón (Ger 3, 15). Dios os ha dado un pastor... Él es Obispo no solo de su circunscripción eclesiástica, sino también de la Iglesia en Namibia, así como de la Iglesia universal, que trabaja de manera colegiada con el Santo Padre, el Sucesor de Pedro”. Estas son las palabras pronunciadas por el Arzobispo Protase Rugambwa, Secretario de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, durante la solemne liturgia que ha presidido en Keetmanshoop, en el sur de Namibia, el 5 de mayo, donde ha celebrado la ordenación episcopal del Obispo electo Willem Christiaans (véase Fides 7/2/2018), dentro de su visita pastoral a Namibia y Botswana (véase Fides 27/4/2018).
Al comienzo de la homilía, el Secretario del Dicasterio Misionero ha entregado los saludos del Santo Padre Francisco y del Cardenal Prefecto, Fernando Filoni, a los Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos, autoridades gubernamentales y líderes tradicionales, expresando particular aprecio y gratitud a los sacerdotes, religiosos, catequistas, colaboradores pastorales y todos los fieles, por los “esfuerzos incansables para llevar a cabo la misión evangelizadora de la Iglesia, tanto aquí en Keetmanshoop como en otros lugares”.
Refiriéndose a las lecturas bíblicas proclamadas poco antes, el Arzobispo Rugambwa se ha dirigido al Obispo electo: “Querido Padre Willem, hoy Jesús te hace la misma pregunta que le hizo a Pedro: ¿me amas? Todos estamos seguros de que tu respuesta es similar a la de Pedro: 'Sí, Señor, tú sabes que te amo' y supongo que probablemente añadas una petición: Señor mio, ayúdame a amarte cada vez más y por encima de todo. Recuerda siempre que el amor a Nuestro Señor precede a cada servicio fructífero en Su nombre. Si lo amas, aprenderás a expresar con tu vida y con tu ministerio pastoral su mismo amor y su pasión por la salvación de las almas. La eficacia y la fecundidad de tu ministerio dependerán siempre de tu relación con Él, a quién representas”.
El amor por el Señor, ha continuado el arzobispo, tendrá que traducirse “en amor concreto e incondicional para todos los cristianos, objeto de tu cuidado pastoral”, así que “querido padre Willem, ama como padre y hermano a todos aquellos a quienes el Señor hoy te ha confiado”, especialmente a los sacerdotes y los diáconos, que comparten el ministerio, a los que debes considerar como hijos; a los religioso y religiosas, a quienes debes hacer sentir la atención paternal y la estima por su contribución inestimable a la misión, y a los laicos, llamados a colaborar activamente en la actividad de la Iglesia. “También debes tener un lugar en tu corazón para los no católicos, - es más para todos-, para que la caridad de Cristo Jesús pueda brillar sobre ellos, de la cual el Obispo es testigo ante todos los hombres. En resumen, trata de ser un padre que sobresalga en el espíritu de amor y preocupación por cada miembro del rebaño. Muestra su preocupación por todos, independientemente de su edad, condición social o nacionalidad, ya sean nativos o extranjeros”.
Mons. Rugambwa ha recordado además los deberes y responsabilidades del Obispo: predicar el Evangelio, celebrar los ritos sagrados, gobernar la Iglesia local. Su tarea también es abordar, con claridad y humildad, las cuestiones relativas a la justicia, la paz, la reconciliación, la no violencia, los cambios sociales... En particular, debe estar cerca del sufrimiento, de los pobres, de los pequeños.
“Querido Padre Willem - ha concluido -. Eres muy consciente del significado y de la gravedad de la vocación y misión del Obispo. Nadie puede pretender ser digno sin la ayuda de Dios. Entonces, mediante la imposición de manos y la oración de consagración, le pedimos a Dios que te transforme y te arraigue completamente a Él a través del Espíritu Santo. Serás marcado con un carácter sagrado para ser el representante de Cristo, para que Él mismo pueda ayudarte a ser, a través de él y con él, un buen pastor de su rebaño”. (SL) (Agencia Fides 12/5/2018)


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