ÁFRICA/REP. CENTROAFRICANA - “¿Hay una intención de dividir el país? ¿Hay una agenda oculta?”, se pregunta el cardenal Nzapalainga después de la masacre

jueves, 3 mayo 2018 masacres   violencia  

Bangui (Agencia Fides) - “Recuerdo a nuestros hermanos y hermanas que ya no están con nosotros y expreso mis condolencias a sus familias. Estoy espiritualmente cerca de las personas heridas”, aseguró el cardenal Dieudonné Nzapalainga, arzobispo de Bangui, a su regreso en la República Centroafricana. El país se encuentra todavía en estado de shock por la matanza de la parroquia de Notre Dame de Fatima perpetrada el 1 de mayo. Como consecuencia del ataque, según los últimos datos, hay que lamentar 24 muertos y 170 heridos. Entre los muertos hay también un sacerdote muy querido, el padre Albert Toungoumale-Baba (ver Fides 2/5/2018).

“La violencia no es la solución a nuestros problemas”, reiteró el cardenal. “Por esta razón, condeno enérgicamente lo que sucedió en la parroquia de Nuestra Señora de Fátima. Hago un llamamiento al gobierno y a la MINUSCA (Misión de las Naciones Unidas en África Central) para esclarecer los hechos. Es decir, que se sepa la verdad y que haya justicia para la población centroafricana”, insiste el cardenal. “A la luz de estos hechos, me pregunto: ¿qué está pasando?, ¿ ha habido manipulación, instrumentalización?, ¿Hay una intención de dividir el país?, ¿hay una agenda oculta? Busquemos juntos las respuestas a estas preguntas”.

El cardenal se mostró con la esperanza de que “en situaciones difíciles como esta, surjan héroes, -porque no dudo de que existan héroes en la República Centroafricana-, que se unan para decir “no” a la violencia, “no” a la barbarie, “no” a la autodestrucción. Por tanto, hago un llamamiento a todos los grupos políticos, administrativos y religiosos, sin distinción, para que condenemos juntos lo sucedido. Al mismo tiempo, recuerdo a todos los creyentes que en el momento de la prueba debemos confiar en Dios, quien nos ha dado la paz de Cristo. Llamo a la serenidad, a que todos nos controlemos para evitar la ira, el odio, la venganza y las represalias”. “Le pido a Cristo, Príncipe de la Paz, que toque los corazones de unos y otrso para que se conviertan, depongan las armas y se miren a los ojos. Que María, Reina de la Paz, bendiga a nuestro país”, concluyó el cardenal.
(L.M.) (Agencia Fides 3/5/2018)


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