AMERICA/ARGENTINA - “La persona vale más que cualquiera de sus conquistas, y que no puede ser manipulada ni sustituida con ningún otro bien”: los Obispos de Córdoba denuncian la mentalidad contemporánea que no reconoce el valor de la vida humana

jueves, 6 octubre 2005

Córdoba (Agencia Fides) - “La vida vale la pena. La vida humana es sagrada” es el título de la Carta pastoral escrita por los Obispos de la región de Córdoba (Argentina), fechada el 29 de septiembre del 2005, dirigida a todos los que estén dispuestos a descubrir y a celebrar en toda su riqueza el don de la vida, a todos los hombres y mujeres de buena voluntad. La carta ha sido escrita por el Arzobispo de Córdoba, Mons. Carlos Ñáñez, y los obispos de las diócesis sufragáneas: Mons. Félix Colomé (Cruz del Eje); Mons. Ramón Staffolani (Villa de la Concepción del Río Cuarto); Mons. Roberto Rodríguez (Villa María); y Mons. Aurelio Kühn (Deán Funes).
Se está imponiendo una mentalidad materialista en el pensamiento del hombre de hoy que, según los Obispos “no reconoce a la vida un valor en si misma” sino que únicamente considera que esta tiene valor “en la medida en que se alcanza la fama, la eficacia, la riqueza o el placer”. Se va así configurando un cultura de la muerte “que se torna una verdadera conjura contra la vida, manifestada en el desprecio y la marginación de algunos y en la eliminación deliberada de otros por medio del aborto, la eutanasia o el homicidio”.
Los Obispos por el contrario, muestran su deseo de “admirar, celebrar y anunciar la vida” afirmando que “la persona vale más que cualquiera de sus conquistas, y que no puede ser manipulada ni sustituida con ningún otro bien”. “La iglesia - continúan los Obispos- enseña que el hombre, imagen viviente de Dios, vale por si mismo, no por aquello que sabe, que produce o que posee”. Tras recordar que creer en Dios significa también “tener la más alta consideración del hombre, del valor de la vida como tal y especialmente de la vida humana”, proclaman los Obispos el valor absoluto tanto de la vida de la gracia, que es comunión con Dios, como el de la vida física “supuesto de todos los otros bienes y la base que posibilita su desarrollo y manifestación” y por tanto, debe ser respetada desde su concepción hasta su muerte, debe ser atendida y servida y defendida.
Concluyen la carta afirmando que “vivir, dejar vivir, respetar, cuidar, cultivar la vida de todo hombre, en toda circunstancia es tarea ineludible, no sólo por la bondad de la vida humana sino también por la vocación de eternidad que tiene toda persona”. (RG) (Agencia Fides 5/10/2005 Líneas: 30 Palabras: 441)


Compartir: