VATICANO - Sínodo de Obispos - La "Relatio ante disceptationem" del Card. Angelo Scola: "los factores constitutivos de la evangelización y la nueva evangelización son esenciales implicaciones de la acción eucarística"

martes, 4 octubre 2005

Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - El Card. Angelo Scola, Patriarca de Venecia, Relator general de la XI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de Obispos, ha presentado el lunes 3 de octubre una amplia relación articulada en una introducción, tres capítulos y una conclusión. Proponemos a continuación las palabras del Cardenal con las que ha ilustrado la articulación de su Relación y después el párrafo titulado "La Eucaristía implica evangelización."
"Después de haber hecho referencia al estupor eucarístico, la introducción (Eucaristía: la libertad de Dios sale al encuentro de la libertad del hombre) evidencia el nexo de la Eucaristía con la evangelización y con el ratio sacramentalis propio de la Revelación. En el Primer Capítulo (El novum del culto cristiano) tratará de destacar la novedad del culto cristiano. El Segundo Capítulo, (La acción eucarística) tratará de la acción eucarística en sus elementos distintivos y en el necesario nexo entre ars celebrandi y actuosa participatio. Un Tercer Capítulo (Dimensión antropológica, cosmológica y social de la Eucaristía) quiere enseñar como la Eucaristía posee intrínsecamente una dimensión antropológica, una dimensión cosmológica y una dimensión social. La Conclusión (La existencia eucarística en el sufrimiento contemporáneo) ofrecerá una reanudación sintética de la materia desarrollada para terminar con un breve auspicio sobre nuestros trabajos."
La eucaristía implica evangelización
"Los datos recogidos de el Instrumentum laboris, preparado en vista de esta Asamblea Sinodal, muestran que la práctica eucarística es muy variada en las grandes áreas del globo. Esto ciertamente tiene que ver con sus significativas diferencias culturales, que se manifiestan de manera evidente en la calidad de la participación a la Eucaristía que, a su vez, está relacionada a la autenticidad del ars celebrandi.
Se impone, sin embargo, un relieve general. El apagarse del asombro eucarístico depende, en último análisis, de la finitud y del pecado del sujeto. Frecuentemente esto encuentra un terreno de cultura en el hecho que la comunidad cristiana que celebra la Eucaristía está lejos de la realidad. Vive abstractamente. Ya no le habla al hombre concreto, a sus afectos, a su trabajo, a su descanso, a sus exigencias de unidad, de verdad, de bondad, de belleza. Y así la acción eucarística, separada de la existencia cotidiana, ya no acompaña al creyente en el proceso de maduración del propio yo y en su relación con el cosmos y con la sociedad.
La Asamblea Sinodal deberá indagar atentamente este estado de cosas y sugerir los posibles remedios. No podrá limitarse a ratificar la centralidad de la Eucaristía y del dies Domini. Objetivamente la misma está fuera de discusión, pero la dificultad está en cómo reavivar el asombro, generado por la Eucaristía, en los numerosos bautizados no practicantes (en algunos países europeos pueden superar el 80%). “Antes que los hombres puedan acercarse a la liturgia - no debemos olvidarlo -, es necesario que sean llamados a la fe y a la conversión”[14]. Son, por lo tanto, indispensables el anuncio y el testimonio personal y comunitario de Jesucristo a todos los hombres con el fin de suscitar comunidades cristianas vitales y abiertas. Además la vida de tales comunidades requiere una sistemática formación al “pensamiento de Cristo” (1Cor 2, 16) (catequesis -de manera especial la que se refiere a la iniciación cristiana de los niños y de los adultos-, cultura). Pasa a través de la educación a lo gratuito (caridad, compromiso en el compartir social). Requiere una comunicación universal de la vida nueva en Cristo (misión). En una palabra, los factores constitutivos de la evangelización y de la nueva evangelización son implicaciones esenciales de la acción eucarística. (S.L) (Agencia Fides 4/10/2005, Líneas: 46 Palabras: 620)


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