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Ciudad del Vaticano (Agencia Fides) - "El hospital Bambino Gesù, además de ser una obra inmediata y concreta de ayuda de la Santa Sede a los niños enfermos, representa una vanguardia de la acción evangelizadora de la comunidad cristiana en nuestra ciudad. Aquí se puede ofrecer un testimonio concreto y eficaz del Evangelio a la humanidad que sufre; aquí se proclama con los hechos la potencia de Cristo que con su espíritu cura y transforma la existencia humana. Recemos para que, junto con los tratamientos, se les comunique a los pequeños huéspedes el amor de Jesús". Es lo que subrayo el Santo Padre Benedicto XVI durante la visita al hospital Pediátrico de la Santa Sede, el viernes 30 de septiembre. Acogido por el Cardenal Angelo Sodano, Secretario de Estado; Camillo Ruini, Vicario para la diócesis de Roma; Francesco Marchisano, Consejero de Administración del hospital; y por el Presidente del hospital, Dr. Francesco Silvano; el Director Administrativo, Dr. Massimo Spina; el Director Sanitario, Dr. Tommaso Langiano, el Santo Padre visitó el Departamento de Emergencias y Aceptación, el Departamento de Neurotraumatologia y el de Cardiología. Después de pararse un momento en la Capilla para rezar, el Santo Padre recibió en el aula de las Conferencias el saludo del Presidente del "Bambino Gesù", Dr. Francesco Silvano. Después pronunció su discurso.
Benedicto XVI saludó y agradeció por la acogida a las Autoridades, médicos, personal y a todos los niños con sus familiares, después afirmó que había elegido el " Bambino Gesù " para su primera visita a un hospital, por dos motivos: porque este Instituto pertenece a la Santa Sede y para testimoniar el amor de Jesús a los niños, "en toda persona que sufre, y todavía más si es pequeña y está indefensa, Jesús nos acoge y espera nuestro amor".
El Santo Padre elogió después la calidad de la acogida y tratamiento reservado a los enfermos: " vuestra preocupación es asegurar un tratamiento excelente no sólo desde el punto de vista sanitario, sino también humano. Tratáis de dar una familia a los hospitalizados y a quienes les acompañan, y esto exige la contribución de todos… Este estilo, que debe dispensar todo centro sanitario, debe caracterizar de manera particular a los que se inspiran en los principios evangélicos. No hay que ahorrar ningún recurso para los niños. Que en el centro de todo proyecto y programa esté siempre el bien del enfermo, el bien del niño enfermo". Para realizar esta difícil misión, el Santo Padre ha exhortado a saber reconocer en cada pequeño paciente, el rostro de Jesús, y sacar fuerza espiritual de Jesús realmente presente en la Eucaristía, "para consolar y curar a cuantos están hospitalizados. ". Al término de su discurso, el Santo Padre invocó la intercesión de Maria Santísima, Salus infirmorum - Salud de los enfermos, Madre del Niño Jesús y de todos los niños, para que proteja a los enfermos, a sus familias, a los dirigente, a los médicos y a toda la Comunidad del hospital. (S.L) (Agencia Fides 3/10/2005, Líneas: 36 Palabras: 521)
